14

58 5 0
                                    

Qué tal, bandita. Vengo después de casi un mes a traer algo un poco más picante, pero no sé si triste o no jasjaj.

Creo que no lo había dicho, pero estoy embarazada y estoy en la recta final (8 meses), además de que tengo un toddler de dos años y medio y realmente no tengo mucho tiempo para escribir, así que, si por algo dejo de existir unos seis meses, ya saben por qué. 

Agradezco su paciencia, pero agradezco aún más cuando me dejan comentarios c: 


***


—¿Trabajar dónde?

Jasper casi había gritado, con la boca llena escupiendo un poco de su comida sobre la mesa en el proceso. Charlotte lo miró mal antes de murmurar algo sobre lo mucho que le faltaban modales a la vez que limpiaba exageradamente su cara. Henry por su parte solo rio encogiéndose de hombros.

—En ViewVision —una sonrisa le adornó los labios mientras picoteaba su plato de comida. Los nervios revoloteaban en su vientre gracias a la expectación, impidiendo desde hacía días que comiese apropiadamente—. Havan hizo una pasantía allí mientras yo la daba en el periódico de la ciudad —el par rápidamente formó una "o" con los labios—, así que cuando le dieron trabajo no le fue difícil conseguirme una entrevista y, bueno, a partir del lunes trabajaré para VV-Inc.

—Santo cielo, Henry, cariño —dijo Charlotte intentando mantener la calma—. Estoy muy orgullosa de ti —estiró la mano sobre la mesa para mostrarle su apoyo con un apretón de brazo que el rubio solo podía describir como reconfortante.

—Yo realmente no sé qué tan bueno sea eso —dijo Jasper en un encogimiento de hombros despreocupado, devorando la última pieza de pollo de su plato—, pero sé que mientras sea un trabajo y que tú estés feliz —le miró directo a los ojos— todo lo que pasamos en la carrera habrá valido la pena.

Después del comentario todos mantuvieron una sonrisa en la boca el resto de la tarde juntos, pues al fin todos tenían trabajos de tiempo completo, imposibilitándoles el reunirse tan seguido a partir de ese momento. Cada uno siguió su camino al terminar la cena, por lo que prometieron mantenerse en contacto una vez que llegasen a sus casas. Era sábado por la noche, y Henry no tenía mucho que hacer más allá de ver películas en su departamento mientras la soledad lo asfixiaba lentamente, por lo que creyó muy buena idea permitir que fuese otra cosa lo que le provocara la falta de oxígeno. O más bien alguien.

Vestido como regularmente solía hacerlo, de vaqueros, tenis y una camisa de manga corta, salió disparado hacia un bar de la zona restaurantera, específicamente aquel en el que había trabajado hacía un par de años. A decir verdad, Henry no recuerda mucho después de sus primeros tres tragos de wiski puro, solo sabe que necesitaba despejarse un poco y tener algo de acción antes de comenzar a trabajar en lo que ciertamente sería un trabajo demandante, además de que no le tomó mucho tiempo darse cuenta de que podía salir con cualquier tipo del lugar.

Sabía, sin embargo, que las cosas se habían visto favorables cuando un tipo se acercó a la barra, coquetearon un poco y, un par de medias de seda después, ya se estaban besando en la recamara del fulano. Sabía su nombre, o por lo menos lo hizo durante una buena parte de la noche, una donde gritó su nombre repetidas veces aferrado a su espalda mientras cabalgaba el grueso pene de su amigo, así que un extraño del todo no era.

La mañana del domingo su cuerpo rogó por unos analgésicos para su cabeza y su culo, pero él, reacio a abrir los ojos, se frotó contra las sábanas debajo de él antes de salir en busca del baño. Le dolía absolutamente todo el cuerpo. Mierda, debía poner algunos límites con el siguiente tipo que estuviera antes de que se emborrachara y terminara dañando su cuerpo.

Henry, las casualidades no existen [Henray]Where stories live. Discover now