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-¿Cuánto falta para llegar?

-Poco – respondí.

-¿Cuánto es poco?

-Poco

Quité el cigarrillo que le rubio se iba a llevar a la boca, estábamos en el avión directo a Hawkins, se iba a demorar alrededor de media hora en llegar a comparación de los días que nos tomó llegar hasta California en auto.

El rubio abrió una revista de autos y se dispuso a leer, guardé la cajetilla de cigarrillos en mi bolso de mano, no había pasado alrededor de un mes o más desde que nos fuimos del pueblo.

-¿Nos quedaremos en un hotel o iremos a casa?

-Creo que en un hotel, no quiero despertar a mamá o a Dustin – respondí recargando mi cabeza sobre la suya.

-Mejor para mí, significa que habrá acción esta noche – sonrió mirando a su novia.

-Eres un degenerado

Reí cubriendo mi rostro con mis manos, el chico pasó su brazo sobre mis hombros atrayéndome a su cuerpo, desde el accidente subió un porciento en demostrar cariño, no era muy afectuoso pero tenía sus momentos.

Era extremadamente protector y cuidadoso, siempre se mantenía alerta y entrenando para el equipo de la universidad.

Al pasar de los minutos el capitán dio la orden de aterrizaje, debíamos mantenernos en nuestro lugar con los cinturones abrochados.











°-°-°-°












-Pasaré por ti para ir por Dustin y Max – avisé al rubio.

-Maldito sea el día en que te dieron la licencia

-Si si, yo sé que amas ser mi copiloto – dejé un beso en su mejilla – Debes ir, el viejito del taxi no se ve muy contento

-Ni que me llevara gratis – hizo una mueca – Te veo en unas horas.

El rubio volvió a subir al taxi, este al instante arrancó dejándome viendo desde la puerta de mi cama, hace unas horas que habíamos llegado del hotel donde nos hospedamos.

Mamá nos había recibido con el desayuno pero Dustin ya no estaba, había ido a la escuela temprano a lo que se me hizo raro.

-Debo ir a mi turno, te veo luego cariño, dejaré el auto para que se movilicen

-Gracias mamá, con cuidado

Ella se fue dejándome en casa, me entretuve limpiando el lugar con la música en alto.

Pasaron un par de horas luego de ducharme, estuve leyendo hasta que el rubio entró por mi ventana lanzando sus maletas directo a mi cama.

-Si sabes que hay puerta ¿verdad?

-Es la costumbre

El rubio llegó a mí con el rostro serio, hice una mueca volteando a verlo en el que el rubio me tomó en brazos llevándome a sentar sobre la cama.

-¿Qué sucedió?

-Nadie estaba en casa… No estaba las cosas de Max o de Susan, papá tampoco estaba y todo el lugar, maldición, todo el lugar estaba lleno de latas y botellas de cerveza

-Debemos ver si Max está en la escuela y preguntarle

-Si, eso sería lo correcto

En los meses que había pasado en su recuperación y el que nos fuimos dejando todo atrás, Billy de cierta forma maduró, digamos que ahora piensa antes de actuar, bueno, tenía sus momentos.

EN OTRA VIDA || Billy Hargrove Where stories live. Discover now