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《ACLARACIÓN》
《Habrá recuerdos de Elienor de su relación con Billy》
《Espero les guste》










-¡Eli, cariño! ¡Ven un momento!

Dejé el libro a un lado ante el llamado de mamá, salí de mi dormitorio en dirección a la cocina donde la mayor se encontraba, al verla con un ramo de rosas hice una mueca.

-¿Otra vez?

-Tu admirador si que debe estar interesado

Admirador, claro” pensé.

Desde hace unos días que recibía ramos de rosas todas las mañanas, de hecho, fue desde que vi nuevamente al rubio en la alberca.

“Quiero verte, pero si tu mamá me ve rondando tu casa presiento que me va a decapitar.”
-Ya sabes quién soy, nena.

Era el rubio, él me decía “nena”.

Tomé el ramo de rosas queriendo tirarlas a la basura pero mamá me las quitó para luego dejarlo en un florero con agua.

Regresé a mi dormitorio dejando la nota junto a las otras que tenía sobre la mesita de noche.

Miré alrededor buscando el reloj en la pared, al notar la hora salté de la cama buscando ropa cómoda para hoy.







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-¡Ya me voy! ¡Ya me voy!

Tomé un par de manzanas dejándolas dentro de mi mochila, se me hacía tarde para el trabajo.

-Deja de correr, ven

Regresé a la cocina impaciente por lo que iba a decir mamá, ella agarró mi mochila dejando un par de refrescos, luego de volver a cargarlo me entregó una lonchera.

-¿Y eso?

-Estoy segura que el Jefe solo tiene comida congelada, será mejor que coman algo recién preparado

-No deb-

-Sí, si debí – la señaló con su cucharón – La niña está en pleno crecimiento y a ti no te gusta la comida congelada

Y no lo negué.

Desde hace unos días volví a trabajar cuidando a la hija del Jefe, aunque no entendía la parte de cuidar pues la menor tenía poderes y podrías acabar con cualquiera que se meta en su camino.

Corrí al paradero de autobús esperando a que llegue uno y me lleve hasta el paradero y luego caminar y llegar a la casa del Jefe.

Veinte minutos esperando y no llegaba, caminaba de un lado a otro esperando y aún así no había rastro.

El ruido del motor de un auto me hizo regresar de mi mundo a la realidad, al levantar la cabeza vi el camaro en el que tanto había “viajado”, el rubio salió de la movilidad con unos lentes y una sonrisa.

-¿Te llevo?

-Prefiero caminar

Tomé mis cosas y caminé lejos de la parada de autobús, el camaro iba lento a un lado mío.

-¿Podrías dejar de ser tan terca?

-¿Podrías dejar de seguirme?

Me detuve al igual que el camaro, el rubio salió caminando en mi dirección a lo que no me moví.

-Quiero hablar contigo

-Billy, ya hablamos hace meses

-Mes y medio – aclaró - no salió como debía, quiero una oportunidad. Solo una oportunidad para demostrarte que cambié

EN OTRA VIDA || Billy Hargrove Where stories live. Discover now