Capítulo 17

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Conciertos, sangre y llantos

La hora del concierto estaba próxima y las chicas habían empezado a sentir la tensión del momento, a excepción de Tzuyu quien sentía un poco de mareo debido a haber bebido un trago de algo con más de setenta grados y tres combinados en menos de diez minutos. Lo cierto era que estaba centrándose e intentando pensar en otra cosa que no fuera el repentino mareo que estaba sintiendo.

El grupo había ordenado sus fundas y esperaban pacientemente en el cuarto reservado a los artistas que había detrás del telón anterior del escenario. Aquel camerino constaba de dos espejos con sus respectivos muebles donde maquillarse, un sofá, una mesita baja donde generalmente había caramelos o snacks, pero dado que ellas no eran tan populares, solamente había agua. Aquel reducto sagrado para los artistas, era donde calmaban los nervios y reunían toda la concentración posible para no errar ante su público. Aquel era su momento de calma antes de desatar una tormenta.

Era cierto que Sapporo no era un gran grupo, pero tenía cierta pegada en los fans del rock de Osaka. La gente apoyaba el grupo porque eran habituales de todos los eventos de bandas amateur y porque gracias a sus letras y a su espectáculo incendiario, muchas chicas las apoyaban.

No era raro ver una amplia mayoría de mujeres en las primeras filas, cantando al son de Ting los estribillos, pensando en que ellas son el poder contenido que se debe liberar en aquel momento con el último solo de guitarra, o el definitivo redoble de batería. Era el momento donde toda chica quería estar con ellas en el escenario y ser parte del grupo, no porque sus letras fueran feministas, sino por la fuerza de ellas, la intensidad de su rock y el dejar bien claro que no eran solo caras bonitas y cuerpos de infarto. Con la amplia mayoría femenina, también había hombres que gozaban de las letras, así como otros que pagaban entrada sabiendo que después del concierto Agni Kai sería como una discoteca, con mayoría de féminas; algo que alentaba a más de uno.

Sin embargo, lo que les dio muchísima fama en todo Osaka, e incluso fuera de el, fue Dahyun. Así es, la baterista ciega se hizo un hueco por lo insólito que era que esa joven, bajita y ciega, albergase tanto potencial. Cuando se presentó el grupo y ella tocó un solo de batería la gente aplaudió ante la intensidad de la chica, pero casi todo el mundo enmudeció cuando el grupo terminó la chica que había esta sentada desde antes de empezar la actuación, fue llevada de la mano y portaba un bastón.

'La baterista ciega', aunque después ella misma empezó a gritar en sus siguientes actuaciones que ella era una Bandida Ciega. En aquel momento surgieron dos cosas; las presentaciones con apodos típicos de Sapporo y las presentaciones incendiarias que hacían saltar al público y rompían los tensiómetros debido a la descarga de decibelios. En contraposición, algunas personas acusaban al grupo de montaje, diciendo que en realidad Dahyun no era ciega, incluso alegando que llevaba lentes de contacto o que era un montaje; pero todos los tontos se convierten en perros pulgosos cuando al terminar los conciertos, Sapporo bajaba a disfrutar del resto de la noche como gente normal y más de un detractor observaba atónito que esos ojos grises no tenían vida y que la joven en verdad era invidente, pero que la falta de vista no quitaba el hecho de ser mejor a la batería que muchos otros que se habían subido a ese mismo escenario.

Una vez, un cazatalentos intentó conseguir que la famosa chica ciega se convirtiese en integrante de un grupo que estaba formando con la intención de hacerlos profesionales, pero Dahyun lo rechazó de pleno alegando que ella tocaba con tanta energía porque lo hacía con sus amigas, porque amaba pasar un buen rato con ellas y porque adoraba hablar de su actuación antes o después con ellas. Aquel gesto hizo que a casi todas las integrantes se le saltasen las lágrimas, Sapporo se hiciera aún más una familia, y Dahyun tuviese derecho al primer trozo de pizza o al filete más grande siempre que cenasen juntas.

"Un puente hacia ti" SaTzu Où les histoires vivent. Découvrez maintenant