Fue en el supermercado donde Shen Mo recibió la llamada de Zhou Yang. En ese momento, estaba pensando si hacer un filete o una sopa de costillas de cerdo para la cena.
En cuanto recibió la llamada, Zhou Yang dijo inmediatamente: "No regresaré para la cena esta noche".
"¿Qué pasó? ¿No dijiste que hoy no ibas a hacer horas extras?".
"Sí...". Zhou Yang parecía algo indeciso.
"Surgió algo en casa. Tengo que volver".
"¿Volver? ¿Tus padres no se encuentran bien?".
"Algo así", respondió vagamente Zhou Yang.
"Probablemente tendré que quedarme allí unos días".
"De acuerdo, lo entiendo. Entonces cuídate tú también".
"Está bien".
Al colgar, Shen Mo miró el filete que había metido en el carrito de compras, y sólo pudo volver a sacarlo. Estaría solo, así que por supuesto no le dio ganas de cocinar una gran comida y sólo pensó en conformarse con unos fideos instantáneos.
Después de que Shen Mo y Zhou Yang se graduaran en la universidad, sus planes de estudiar en el extranjero fueron dejados de lado debido a la desaprobación de la familia de Zhou Yang. Pero no se rindieron del todo: alquilaron una casa y empezaron a convivir mientras ahorraban poco a poco.
Recientemente, Shen Mo había encontrado un trabajo relacionado con la pintura, con el que estaba bastante satisfecho.
El departamento que alquilaban también estaba cerca de la empresa. Era un poco pequeño, pero a Shen Mo le gustaba limpiar, así que lo mantenía bastante ordenado.
Shen Mo no tenía nada que hacer por la noche, así que se fue a la cama después de ver un rato la televisión.
Antes de dormir, envió un mensaje de texto dándole las buenas noches a Zhou Yang.
***
Al día siguiente era sábado. Shen Mo se quedó dentro del departamento.
Al ver el buen clima, se mantuvo ocupado haciendo algunas tareas domésticas, pasando todo el día lavando ropa y demás.
Por la noche, llamó a Zhou Yang, pero éste no contestó. Shen Mo no se lo tomó a pecho y fue al supermercado cercano como de costumbre.
Cuando terminó de comprar y salió del establecimiento, el cielo ya se había oscurecido, pero las farolas aún no estaban encendidas.
Todo a su alrededor estaba envuelto en el tenue crepúsculo de la noche.
Al doblar una esquina, sintió vagamente que algo no iba bien. Se dio la vuelta y vio que el callejón estaba vacío, a excepción de un auto que lo seguía no muy lejos.
Shen Mo lo ignoró y continuó caminando hacia adelante. Sin embargo, a los pocos pasos, el auto lo alcanzó.
Con los faros brillantes como la nieve, frenó con fuerza a su lado. A continuación, alguien saltó del auto y se abalanzó sobre él.
Shen Mo nunca había estado en una situación semejante, así que se quedó congelado en shock.
Cuando recuperó la compostura, su boca ya había sido cubierta por un par de manos ásperas.
"Mmph... Mmmph...".
Shen Mo luchó para escapar, con sus productos comprados esparcidos por todo el suelo. Pero otro hombre salió del auto y lo empujó rápidamente al interior.
