Cuando Shen Mo se levantó y fue al espejo a la mañana siguiente, no se sorprendió al encontrar una herida en la comisura de su boca.
La marca de la mordida de Ji Ming Xuan era claramente visible, imposible de ocultar. Si iba a la oficina así, los chismes volarían por todas partes. Pero... eso podría ser exactamente lo que Ji Ming Xuan quería.
Shen Mo hizo una mueca, se aseó y bajó las escaleras con la herida en su labio.
Incluso desde lejos, podía oír la risa de Ji An An. Los hermanos Ji estaban charlando alegremente.
Cuando Shen Mo se acercó a saludarlos, Ji An An lo miró.
"Shen-ge...". Dejando sus palabras sin terminar, no pudo apartar los ojos de sus labios.
"Espera. Shen-ge, ¿qué le pasó a tu labio?".
Shen Mo se sentó y respondió: "No es nada. Ayer me lesioné accidentalmente".
"¿Cómo una herida accidental puede verse así? Parece como si...".
"An An".
Ji Ming Xuan golpeó la mesa y dijo: "Termina de comer".
Ji An An miró primero a Ji Ming Xuan y luego a Shen Mo. De repente se dio cuenta, mostrando una expresión de haber comprendido en su rostro. Se rio un poco y dijo: "Bueno, bueno. Terminaré mi desayuno y los dejaré solos".
Ji Ming Xuan ignoró a Shen Mo, aunque Shen Mo tampoco tenía mucho que decir. Ambos se limitaron a disfrutar de sus desayunos.
Fue Ji An An quien rompió el hielo por fin, diciendo que hoy iba a asistir a una entrevista de trabajo.
Ji Ming Xuan sugirió: "¿Por qué buscar un trabajo por tu cuenta? ¿No es mejor trabajar en mi empresa y ayudarme?".
"No soy Shen-ge. No quiero verte todos los días".
Mientras charlaban, sonó el celular de Ji An An.
Ella se giró hacia un lado y contestó. El tono con el que hablaba sonaba dulce.
"Sí, ya desayuné. Sí, ya voy".
Ji Ming Xuan dijo: "Parece que la persona a la que sí quieres ver todos los días está aquí para recogerte".
Ji An An no lo negó, sólo dijo "Disfruten sus desayunos", y se fue a toda prisa.
A Shen Mo le pareció oír el sonido de un auto en movimiento. Recordó que él también se ponía muy ansioso al reunirse con Zhou Yang cuando eran novios.
Cuando volvió a prestar atención a su entorno, se dio cuenta de que Ji Ming Xuan lo miraba fijamente con media sonrisa en su rostro.
"Señor Ji...". Shen Mo se sintió un poco culpable.
"¿Sí?".
Ji Ming Xuan agarró la barbilla de Shen Mo y le miró cuidadosamente el rostro antes de preguntarle: "¿Te sigue doliendo la herida en tu labio?".
Shen Mo respondió inmediatamente: "En realidad no".
Ji Ming Xuan entonces sonrió, bajando la cabeza para besarlo y además, lamió la herida a propósito.
Sintiendo una punzada de dolor, Shen Mo se quejó: "Señor Ji...".
Ji Ming Xuan no lo soltó hasta que sintió que lo había besado lo suficiente.
Con seguridad, dijo: "Es para esterilizarla".
Shen Mo estaba un poco aturdido. Sólo pudo decir: "Gracias".
