Capítulo 25

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Volverás a ser mía

Marian Lemes Oliveira 


"No tienes culpa, marian, no tienes culpa" 

Uno de los ejercicios para amarse a sí mismo era dejar de culparse, y yo me castigaba por haberle creído a Alan, pero fue él quien me engañó, creó una mentira que parecía real.

Él tenía la culpa, no yo.

Fui una víctima.

No era fácil sonreír mientras te ahogabas en lágrimas por dentro, pero mantuve una expresión amable, mientras avanzaba por el pasillo del instituto.

—Mari —Me detuve delante de mi casillero—. Hola.

Elise me miraba expectante, hacía algunos días que la evitaba y hacía algunos días que ella no dejaba de molestarme con lo de Keven.

—Hola —puse el libro de historia en mi mochila.

Ella tomó un sorbo de agua de su botella y preguntó:

—¿Alguna novedad? ¿Hablaste con Keven?

Cerré el casillero y fui directo al grano:

—No está interesado en ti, ni siquiera para follar duro.

Reanudé mi caminata por el pasillo, en dirección al aula.

—¿Él te lo dijo? —Ella me siguió.

Asentí.

—¿Segura?

Asentí.

—¿Y si intentas hablar con él de nuevo?

Según la búsqueda que había hecho en google, alejarse de relaciones tóxicas era fundamental para cultivar el amor propio. Mi amistad con Elise encajaba en esa definición

"¿Qué tipo de amiga te chantajea con un video tuyo follando al profesor en las escaleras de la iglesia? ¿Qué tipo de amiga graba a su amiga follando?"

Elise era mi amiga chernobyl y debía alejarme para no terminar intoxicada. Me detuve y me giré hacia la rubia.

—Elise, olvídate de Keven, como Lara dijo, no es el único chico en la ciudad. Puedes enamorarte de otro, puedes encontrar a alguien que se enamore de ti también. Deja de insistir en algo que no tiene futuro, porque lo único que conseguirás es lastimarte.

La rubia me miraba perpleja, ni siquiera parpadeaba. Los estudiantes que andaban por el pasillo nos observaban con curiosidad. Ella se acercó a mí creado un ambiente confidencial y susurró con nerviosismo:

—Recuerdas que tengo el video ¿verdad? —Puse un mechón detrás de la oreja —. Tú y el profesor sustituto en las escaleras.

Cerré lo ojos y resoplé " si Lara estuviera en mi lugar ¿Qué haría?"

—Agarra ese puto video y mételo en tu culo.

Y salí con la barbilla alzada, pero no entré al aula sino que me encerré en el baño femenino.

Mi vida era una mierda solitaria y asquerosa dentro de una bolsa de basura. Mejor dicho: Yo era esa mierda solitaria y asquerosa.

Mi reflejo en el espejo del baño me daba cientos de motivos para no amarme: La ojeras, los granos que no dejaban de nacer en mi frente, la hipocresía de haber culpado a Dan siendo que yo era la responsable, haber dado falsas esperanzas a Bernardo, creer en Alan, decepcionar a mi amigos, a mi mamá, decepcionar a mí misma por no ser mitad de lo que quería ser: Una chica confiante, capaz de lidiar con sus sentimientos y heridas, capaz de amar y valorar el amor.

Yo, mi profesor y el asesino [+18] ✔️BORRADORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora