Capítulo 10

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Cuando el diablo te lleva al cielo


Keven Jesús Torres Brawn

(Miércoles)

—¿Mamá? —dije al entrar en la sala y verla con la oreja pegada en la puerta del despacho de mi padre— ¿Qué hace?

Ella se apartó y me miró como si la hubiera pillado haciendo algo indebido. Aunque criticaba los chismes y quién los difundía , Magadalena no se aguantaba cuando tenía uno tan cerca.

Pero no la juzgaba  ¿Quién se resistía a un buen chisme? 

 Se sentó en el sofá marrón del salón y  tras agarrar el crucifijo plateado colgado en su cuello, me lo explicó:

—Tu padre tiene visita.

—¿Y por qué estaba escuchando detrás de la puerta?

Tomé unas galletas de chocolate que había en la bandeja encima de la mesita mientras mi mamá me miraba con cara de quien no soportaba preguntas con respuestas obvias. Su mano dejó el crucifijo para tomar un cojín de cuadros y ponerlo en su regazo. 

—Porque no me gustó el hombre que vino a visitarlo.

Disimulé la risa con la galleta que me terminaba de masticar y interrogué:

—¿Qué hizo el hombre para que no le agradara? 

—Es demasiado guapo.

HundÍ el ceño, no sabía si era por oír a mi madre decir guapo a una visita o por eso ser algo " sospechoso" para ella. 

Joder, mi mamá dijo que la visita no le agradó por ser guapo ¿Qué cojones había en su agua bendita hoy?

—¿De qué te ríes? —Ella se pasó la mano por su falda negra que le llegaba hasta las rodillas, agarró una galleta y la comió a espera de mi respuesta. 

—Perdón, mamá es que... —me mordí el labio y enfoqué mi mirada en las cruces en la pared—. ¿Por qué ser guapo es un problema?

—El mal siempre viene en paquetes hermosos, hijo. El cura Miguel nos alertaba en todas misas. —Agarró otra galleta— el diablo es el ser más hermoso y el pecado más sórdido entre los hombres. No se puede confiar en gente así.

—¿Y andar de chismosa es correcto según el cura Miguel?

Mi madre, magdalena, endureció la expresión y me regañó:

—¡Ojo con lo que dices! eh, Qué soy tu madre, más respeto —volvió a tomar el crucifijo en su cuello—. Y no soy chismosa, no soy mujer de chismes, lo que estaba haciendo era para proteger a nuestra familia. 

Agarré otra galleta y dije:

—¿Y que vino hacer el diablo en nuestra casa?

—Súbete a bañar, Keven Jesús. 

Estaba agotado por el día de clase y las prácticas de fútbol, y de verdad neceitaba largos minutos bajo la ducha, para sacarme el olor —Joder, como odiaba el sudor— pero también quería saber que hacía el diablo en mi casa que era casi una iglesia por la cantidad de imagenes de santos. Sin embargo, quería el chisme completo.

—¡Vamos! —ordenó—. Que estás apestando la sala entera.

Suspiré en derrota y avancé a las escaleras, pero me detuve cuando mi teléfono sonó en el bolsillo de mi mochila. Era Elise.

Yo, mi profesor y el asesino [+18] ✔️BORRADORWhere stories live. Discover now