capíтυlo 53

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Elián no me dejó pensar demasiado en lo que estaba bien o no, simplemente empujó la silla rampa arriba y abrió las enormes puertas de cristal, dejando así que viéramos la sala principal de aquel edificio. Era bastante elegante, tenía múltiples detalles dorados por todas partes. Un techo bastante alto con pinturas en él, tal basílica romana. Un tapiz “turco”, según indicó Elián al quedar deslumbrado por su tamaño y colores. Había un escritorio de madera antiguo junto a un rincón de la puerta de ingreso, alguna recepcionista o un guardia debería estar sentado desperdiciando su tiempo, pero no. Ni guardia, ni conserje, ni portero, todo estaba desierto.

Mi hermano señaló el ascensor y me condujo rápidamente ahí, no esperaríamos a que alguien nos preguntara que necesitábamos o a quien buscábamos. Sentí los pasos apresurados de Elián, casi como si estuviera corriendo, no entendía por qué lo hacía, ya estábamos ahí, imposible ser más rápido, pero creo que mis nervios se habían contagiado, y quedó claramente demostrado cuando apretó desesperadamente varias veces el botón para llamar el elevador. - ¿Por qué tarda tanto? – refunfuño.

A los lados de las puertas grises había varios carteles pegados de manera desprolija y encimados unos con otros, “inquilinos del 2A dejaron un paquete para ustedes”; “Los del 1C por favor recoja los desechos de su animal”; “7F se me cayeron unas prendas hacia su balcón, son mías. 8F”. Eran tantos carteles que casi se me pasa desapercibido un pedazo pequeño de papel, tapado casi por completo por los recordatorios, que decía “Ascensor descompuesto hasta el viernes 28, disculpe las molestias”. El Sábado 28 era en cuatro días, no podía esperar hasta entonces.

-Elián… - le señalé el cartel, no me salían las palabras, estaba enojado esperando que me surgiera una idea.

- ¡¡Qué edificio de mierda!! – gritó tan fuerte que retumbó provocando eco en toda la sala. Tal vez si alguien nos hubiera escuchado, sabía que su edificio de verdad era un asco. – ¡¡Tanta elegancia y tienen un solo elevador y encima, descompuesto!! Te juro que si hubiera alguien sentado en esa silla le recitaría todos los malditos insultos que conozco – comenzó a caminar a pasos agigantados y con demasiada fuerza porque podía escuchar sus pasos, pero fueron paulatinamente descendiendo, hasta que se escuchó un silencio prolongado y Elián se acercó a mí - ¡Vamos! Te llevaré alzando –dijo.

- ¿Por siete pisos? - pregunte incrédulo y tal vez se me escapó una risita.

- ¿Qué tiene? Yo necesito ver como continua esta historia. Saber qué pasa con Luz y tu – abrió su boca tal como si estuviera por agregar algo más, pero luego me brindó una gran sonrisa y me tomó desprevenido, levantándome de la silla - ¿veinte escalones serán hasta el primer piso? – no le respondí.

Subimos sin esfuerzos el primer piso, me dejó sentado en el suelo antes de desaparecer y bajar nuevamente los dieciocho escalones que fue contando en voz alta cada que subía uno. Regresó rápidamente con la silla, esta vez si se lo notaba un poco más agitado que al haberme subido. Se tomó unos minutos para respirar hondo y se acercó a mí para recogerme del suelo para subir al segundo piso. No alcanzamos a hacer dos escalones que nos topamos con una joven de unos veinticinco años con el cabello negro y brilloso, unos lentes de sol pequeños y una camiseta que le quedaba bastante holgada de SOFD, una de las bandas preferidas de Elián. Mi mirada se dirigió rápidamente a ver la cara de él. La suya estaba clavada en ella y un poco boquiabierto, no reaccionaba para moverse, no subía ni retrocedía los dos escalones para dejarla pasar y mientras tanto, yo ahí mirando esa conexión que había entre los dos porque ninguno decía nada.

-Es que el ascensor está descompuesto – tartamudeó Elián luego de un largo en silencio.

Ella sólo meneó su cabeza en modo de negación y luego señaló a la silla – ¿Necesitas que te ayude con eso? – dirigiéndose a Elián, mirándose entre sí, como si yo no estuviera ahí. Bajamos los escalones que habíamos ascendido para que ella buscará la silla y comenzará a subir tras nosotros. - ¿Vives aquí? – la miré con el ceño fruncido, creo que aún no se había percatado de que él no era el único.

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⏰ Last updated: Nov 30, 2022 ⏰

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