El elefante en el armario por Sophie y Grace

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Su padre sonrió con amor, observó a las cuatro mujeres de su vida, Rose estaba recargada en él, Irania seguía en medio de ambas gemelas, siempre siendo una versión joven de Rose, una versión menos tempestuosa, con lindos ojos chocolate, al menos ella disfrutaba de la literatura y los idiomas, tenía buenas calificaciones aunque ya llevaba unos cuantos reportes en San Vladimir a causa de peleas, y sus gemelas, esas dos niñas que se movían a la par, tan iguales físicamente y tan distintas de carácter, eran como él, la misma piel, la misma sonrisa y la misma forma de los ojos. Se sentía bendecido, feliz, cada día se levantaba sintiéndose dichoso, amaba a su esposa con locura, amaba a su hijas. La vida no podía ser mejor, sería vivir en el paraíso.

— bien, escuchamos —

— vamos cerca de la cascada a practicar magia — Dimitri abrió los ojos — es que... — Grace miró a Irania —

— es que yo les enseñé un método para que se defendieran, Grace las cubre, Sophie ataca y corren hasta ponerse en un lugar seguro —

— eso es bueno... — Rose apremió — muy bueno en realidad —

— Roza... — Dimitri la observó buscando que no las felicitara.

— admítelo, camarada, es bueno. Si en algún momento las atacan y no estamos cerca qué mejor que se defiendan y se escondan, es inteligente —

— por eso lo hice, no quiero que pasen por lo mismo que yo — Irania bajó la cabeza.

— hija... — Dimitri le sonrió — tienes razón, siempre has sido muy valiente e inteligente, gracias por preocuparte por tus hermanas —  Irania sonrió, tenía quince años pero siempre iba dos pasos adelante y no precisamente por la habilidad de ver el futuro. Las gemelas sonrieron pensando que ya habían olvídalo el motivo de la reunión en la oficina de su abuela — continúen — la sonrisa murió.

— bien, estuvimos practicando magia — Sophie miró a su gemela y continúo — nosotras teníamos la intención de quedarnos dentro de las salas, de verdad solo íbamos a practicar pero... —

— escuchamos ruidos extraños cerca de una cueva, fuera de la corte — Grace continúo — y era de día, así que no pensamos que fuese peligroso. Salimos hacia donde escuchamos los ruidos —

— eso es muy... — Rose se molestó.

— dijeron que no iban a interrumpir — Sophie se molestó, miró a Irania — ¿Nos van a castigar? — Irania miró su futuro, solo unos segundos y asintió pues ella ya sabía lo que encontrarían y estaba sorprendida. — genial... Bien pues de una vez, de todos modos no hicimos nada malo — se cruzó de brazos.

— Sophie... Ellos entenderán — Grace la calmó — tal vez sí hicimos mal —

— continúen... — Rose las miró esperando a que llegarán a lo importante.

— de acuerdo — Sophie estaba cruzada de brazos — fuimos a investigar, al ser de día no pensamos encontrar strigoi, no entramos a la cueva pero definitivamente había algo —

— volvimos a la corte pues mi abuelo había prometido llevarnos por un helado — Grace sonrió a su abuelo y él les devolvió el gesto dando a entender que después las llevaría — decidimos seguir practicando magia dentro de las salas y olvidar lo de la cueva —

— yo quería saber qué era así que convencí a Grace de llevar unas estacas —

— ¿De dónde sacaron las estacas? — preguntó Dimitri.

— del cine ya no hablamos... — Irania suspiró — yo les mostré donde se guardan las de reserva para nuestra familia — miró al suelo — es que he tenido un sueño recurrente, no sé si es sugestión o el futuro pero he visto que mis hermanas son atacadas aquí en la corte y dos sombras tratan de protegerlas pero no pueden, se las llevan y yo no puedo hacer nada así que lo siento pero quiero que sepan y tengan herramientas para protegerse. Tú y mamá creen que pueden protegernos y sé que es así pero cuando ustedes no están... Solo no quiero que se las lleven —

Academia de Vampiros - De las cenizasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora