—¿En verdad estás bien, Yumie? —Sakura se acercó a mí con preocupación.

—Sí —respondí con una sonrisa—. Gracias a ustedes, estoy bien.

—¡Ugh, debí golpear a esa chica antes de que se fuera!

Le di un par de palmadas a Remi en la cabeza.

—Te hubieras metido en problemas si hacías eso.

Sakura y Sengoku asintieron, de acuerdo conmigo.

—Pero, ¿qué sucedió? —inquirió Sengoku—. Aunque no hagamos un reporte sobre esto, es mejor saberlo para evitarlo.

—Bueno, iba a ver cómo iba la primera sesión de fotografía rápidamente, porque hoy tengo que trab... ¡Tengo que trabajar!

Solté a Remi rápidamente e hice una rápida reverencia.

—¡Lo siento, tengo que trabajar! ¡Les contaré todo mañana!

—¡Nos vemos luego, Yumie! —escuché a Remi gritar.

Ya que era hora de salida, no me preocupé mucho al correr por los pasillos, esperando que ningún profesor me viera. Ni si quiera pude ir al patio de la escuela, porque temía llegar muy tarde a la cafetería.

Sin embargo, cuando iba de camino, vi un cuerpo que se me hacía bastante conocido y al notar quién era, corrí un poco más para alcanzarlo.

—¡Hey, Miyamura!

Él pareció un poco confundido cuando volteó en mi dirección, pero al verme me mostró una sonrisa.

—Kiryuu, ¿te diriges al trabajo?

—¡Ah, sí, cierto! —solté un suspiro—. Creo que tengo que adelantarme, ¡nos vemos p...!

La mano de Miyamura se cerró repentinamente sobre mi muñeca, provocando que mi intención de alejarme se esfumara.

—No tienes que adelantarte, vamos a tiempo.

—¿En serio?

Respondió con un asentimiento.

—Vaya, creí que iba tarde de nuevo —solté una risa nerviosa.

—Para ser sincero, también pensé que llegarías tarde.

—¡Ah! ¡En verdad siento llegar tarde siempre! —dije rápidamente.

Cuando lo escuché reír, me di cuenta que se estaba burlando de mí; así que le di un empujón con mi mano libre, haciéndolo reír aún más.

—No te burles de mí de esa forma —me quejé.

—Lo siento, intentaré no hacerlo de nuevo.

Le dirigí una mirada de soslayo.

—¿Solo intentar?

—Sí, solo intentar.

Solté una pequeña risa, dirigiendo mi vista nuevamente hacia enfrente.

—No llegas siempre tarde, ¿sabes? —lo escuché decir—. Lo que dije era solo una broma, no lo tomes en serio.

Sonreí un poco por el hecho de que me estuviera explicando una broma que había entendido; aún así, debía aceptar que era cierto.

—Tal vez no, pero sí la mayoría de días —respondí.

—Pero haces todo lo posible porque no ocurra —sentí un apretón en mi muñeca—. No deberías menospreciar tu esfuerzo.

La sonrisa en mi rostro se congeló cuando, con ese apretón, me di cuenta que mientras caminábamos, Miyamura continuaba agarrando mi muñeca.

Antes de que pudiera pensar en qué debía hacer, su agarre se soltó y sus dedos se deslizaron por el dorso de mi mano mientras alejaba su mano de la mía.

Amar en secreto | Izumi Miyamura || Rei Sakuma |Where stories live. Discover now