En la ciudad de Barcelona, Kira Nikolova una vampiresa mafiosa consigue una alianza con Lucio Bustamante, un mafioso español, con el fin de poder sobrevivir entre la sociedad sin exponerse.
Todo comienza a torcerse cuando entre ellos algo más que l...
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Barcelona, Bario Gótico 2022
Kira
Laboratorios Nocticula S.A. 5 am
La cálida brisa de agosto me abrazaba mientras entraba en el edificio.
Hoy me tocaba mi donación mensual de sangre, con bioquímicos y varios médicos expertos en el tema analizábamos mi sangre para poder sacarle el mayor provecho, realizamos varias muestras de píldoras que podían o al menos intentamos hacer que mis hombres pudieran recibir poderes de forma temporal.
Algunas pruebas tuvieron éxito.
Pero los fármacos funcionaban de forma rápida, en algunos curaba una cicatriz, en otros una herida, pero no los ayudaba a ser al menos un poco más fuertes, simplemente sanaban.
Luego de mi extracción y dar nuevas órdenes en cuanto al nuevo socio en cuestión. Me retiré a la azotea, tenía como un pequeño sitio donde podía relajarme.
Últimamente lo necesitaba.
Me senté sobre el pequeño muro de concreto al filo del techo. Mientras los primeros rayos del amanecer me daban en los ojos.
Algo de lo que disfrutaba cada día era sentir el sol en plena tranquilidad.
Sacándome de mi ensoñación, pude sentir su respiración, su andar y su olor antes de que saliera por la puerta.
Lo esperé. Pero no habló, simplemente sentía su mirada a mi espalda.
-Mirar a las personas de esa manera podría considerarse incorrecto- dije ladeando mi cabeza para mirar a Lucio por sobre mi hombro.
Curvando las comisuras de sus labios, se acercó.
-Esperaba una bienvenida más cálida- siseó parándose a mi lado.
Miré mi reloj: 6 AM.
-El horario normal de oficina es a partir de las 7 u 8 AM- susurré divertida mirando como el sol empezaba aparecer por entre los edificios.
- Eso es para los mediocres- se defendió -Los que sabemos cuánto cuesta el éxito, no necesitamos horarios- culminó apoyándose en el muro mientras miraba el horizonte.
Lo escaneé por el rabillo del ojo, un rayo de sol le ilumino la cara y sonreí para mis adentros cuando cerró los ojos con deleite.
- ¿Gracias por la parte que me toca? -Inquirí sonriendo de lado- a veces no comienzo a trabajar hasta después de las 12:30...- bufé mirándolo.
- Si viviera la misma cantidad de años que tú, supongo que luego de cierto tiempo también tendría ese horario, o peor. Capaz ni siquiera vendría a trabajar-murmuró aún con los ojos cerrados.
- Sabes lo que somos, ¿por qué....
-Curiosidad- contestó rápidamente, antes de voltearse y apoyar su espalda sobre el muro y mirarme de lado.
