Kurosaki Ichigo 1/3

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10 Minutos en el Paraíso.

―Um... ¿Quién tiene negro? ―soltó, después de sacar de la gorra de Urahara el color negro. 

Miró a los chicos y suspiró. 

―¡Oi! (...)-chan, no puedes saber quién es hasta que entres en el armario ―soltó Yoruichi, mientras la tiraba, bueno, mejor dicho, arrastraba hasta el armario. 

No quería jugar, en realidad ése juego le parecía muy, muy tonto, pero bueno, todas las chicas estaban ilusionadas y demás, así que acabó, después de muchas súplicas, aceptando.
Entró y esperó un buen rato.
De repente escuchó un buen golpe afuera y a Rukia gritando. 

―¡Entra ahí, cobarde! 

Suspiró y vio cómo se abría la puerta.
Analizó la figura que entraba y la reconoció al instante.
―Hola, Ichi-kuuun...

―¡¡Calla!! ―te soltó. 

Argh, cómo le cabreaba éste chico, pero ARGH cómo le gustaba.
Menos mal que no le ha tocado Renji o Uryuu... 

―Venga ya, Ichigo, sabes que era una broma ―reconoció mientras se sentaba en la esquina, intentando encontrarle en el armario, pero era imposible, era demasiado oscuro―. Um... Te han obligado a jugar, ¿verdad? 

Ichigo asintió de la vergüenza y luego se dio cuenta de que no le podía ver.
―Si. ¿Tu también?

Parecía cabreado mientras hablaba. Suspiró.
―Si. Rukia y Matsumoto casi lloran...

―Sabes que no lo hacían en serio, ¿verdad, (...)? ―preguntó y ambos rieron. 

―Claro que si, pero uff... Haberlas visto ―suspiró―. B-bueno. ¿Qué haremos aquí 10 minutos? ―preguntó, nerviosa. 

Quería decirle lo que sentía pero ¿y si él no sentía lo mismo que ella? ¿Y si le gustaba Rukia? ¿U Orihime? No podrías hacerle eso a Rukia, era su amiga. 

―Argh, no lo sé. No me explicaron bien el juego... ―confesó el chico. 

―Um... ¿ya sabes? ...besarse y esas cosas pero no te preocupes, sé que no quieres hacer nada así qu...

―¿Por qué lo dices? ―saltó Ichigo, pero rápidamente se tapó la boca por su pregunta descarada. 

Ella rió nerviosa. 

―Porque esas cosas hay que hacerlas con la persona que te guste y sé que yo no soy esa...

Intentó consolarte a si misma, pensando que dejar las cosas así sería lo mejor. 

―(...) ―sentió como Ichigo se movía dentro del armario pero no sabía hacía dónde―. ¿Qué te hace pensar eso?

Ella abrió los ojos un poco.
Por un instante, un solo instante tuvo esperanza. 

―P-porque si. Cuando a alguien le gusta una persona... se nota un poco... ―suspiró.
No sabía qué decirle, en realidad. 

―¡Argh, (...)! ―unos labios furiosos se pegaron sobre los suyos, a lo cual ella saltó del susto, pero Ichigo la agarró de la cintura. 

Estaba justamente en frente suyo, besándola. A los pocos segundos se encontró devolviéndole el beso igual de deseoso y rodeándole el cuello con los brazos, tirándole más hacía ella.
Por un momento se separó de él y escuchó un leve gruñido. Él quería más de (...). 

 ―I-Ichigo... Yo... ―sonrió para si mismo y le acarició la cintura.

―(...), yo también te quiero ―abrió los ojos de la sorpresa. 

¿Lo sabía? ¿O se había dado cuenta?
No importaba, pero de felicidad saltó sobre él y le tiró en el suelo del armario, besándole con fuerza. Abrió la boca y dejó entrar su lengua encontrándose con la de Ichigo. Incluso, y sin bromear, podía decir que sabía a fresa. Rió para ella en el beso. Jugó, acariciando sus lenguas mientras se pegaban más. Ichigo metió su mano debajo de la camisa y acarició la suave piel, haciendo que (...) se derritiera de gusto.
Pero todo acabó de repente cuando Rukia y Matsumoto abrieron la puerta de golpe y tomaron una foto del momento: (...), encima de Ichigo besándole apasionadamente, mientras él con las manos debajo de la blusa. Incluso se podría decir que ella había empezado a desabrochar la camisa. 

―¿¡Qué hacéis!? ―gritó Ichigo, cabreado, intentando pillar a las dos impostoras. 

 ―Jejeje, Ichigo, seguro que querrás tener ésta foto de recuerdo... ―dijo Matsumoto en broma.

La miró sorprendido y luego se volvió hacía (...), la cogió de la mano y se tiró en el sofá con ella encima de sus piernas.
Después de algunos silbidos de la gente y algunos "aww" de las chicas, Ichigo le susurró. 

―Guardaré esa foto para siempre ―(...) rió y le rodeo el cuello. 

―Tendrás que hacerme una copia ―de repente se acordó de algo―. Ichigo... se me olvidaba ―él te miró confuso―. Te quiero ―sonrió y le besó antes de que él también le repitiera que la quería.

10 Minutos en el Paraíso y más. (Editando)Where stories live. Discover now