Como el Amor Luce

Capítulo 23: Un Por Qué Sin Respuesta

Pasaron un par de días, para que otro general tuviera el valor para salir del monte Pendle, en esta ocasión fue Sarikin un demonio que tenía la habilidad de convertirse en un leopardo de las nieves.

Por ser un leopardo de las nieves, le gustaba estar en montañas, por lo regular donde el blanco predominaba para así poder esconderse y para que con el frio extremo nadie le hiciera frente sin que ella lo supiera.

La búsqueda era tardada ya que los kitsune no estaba acostumbrado a estar en la nieve, pero el pelaje los mantenía a salvo del frio extremo.

Paso un tiempo y la búsqueda parecía no tener sentido, pero una luz se vio a la distancia, Mia había encontrado al leopardo de las nieves, todos se transportaron, para detenerlo, el leopardo sintió que alguien lo vigilaba así que se transformó en la forma más humano que pudo.

-Bienvenidos espectros, bienvenidos a su funeral – dijo Sarikin con un tono burlón.

Nadie dijo nada por lo que hubo un silencio, solo se escuchaba el viento.

-Muy bien si no quieren salir, los hare salir con mis propias garras.

Sarikin volvió a su forma de leopardo, y la pelea comenzó, en esta ocasión era más fácil que luchar con el oso, ya que tenía menos fuerza, la desventaja era que no estaban acostumbrados a luchar en la nieve, se hundían en la nieve, lo que le daba una ventaja a Sarikin, la pelea duro mucho debido a que estaba muy pareja, incluso Sarikin podía transformarse en una forma humano leopardo.

Pensaban que la pelea terminaría cuando Sarikin se cansara y aprovecharían para destruirla, pero no fue así Sarikin aprovecho el cansancio que tenía Bella, el luchar contra la nieve y un leopardo la debilito demasiado, así que Sarikin aprovecho esos instantes de cansancio y logro darle un zarpazo considerable en la mitad del estómago, y a pesar de que había unas cuantas gotas de sangre en la nieve ese golpe hizo que la sangre bañara de rojo todo el campo de batalla.

Mia el ver esto fue con Bella y creo un hechizo temporal, el cual no permitía que tiempo pasara dentro de la burbuja que se creaba, Oliver enfurecieron al ver su madre herida así que se convirtieron en humano, junto a Felicity unieron sus espíritus con el propósito de detener a la persona que daño a su Madre, al unirse obtuvieron un poder inimaginable, esto mismo hicieron Gabriel y Emily, en su forma humana solo estaba en cuerpo de Oliver y Gabriel, pero de sus ojos salía una luz cegadora color dorado, y la cabeza y puños estaba envueltos en fuego que también era dorado, y usando el bastón de Cerval, comenzaron a luchar contra Sarikin, cada golpe de poder que tenían generaban pequeñas explosiones que se podían sentir en todo el multiverso.

Ahora la pelea no duro mucho para que destruyeron a Sarikin, cuando se separaron quedaron muy débiles, así que Mia fue a buscarme al primer reino, los demás se ayudaban para llegar al pozo de Lázaro, yo me encontraba tocando el piano.

-Abuelo por más que disfrute escuchándote tocar el piano, por el momento necesitamos tu ayuda Bella está herida.

Cuando yo llegue al lugar, Oliver Felicity, Gabriel y Emily ya estaban recuperados y lanzando hechizos de sanación sobre Bella quien estaba dentro de las aguas del pozo.

-Quien les hizo esto.

-Sarikin.

-Y qué hicieron para derrotarla, sentí una perturbación.

-Unimos nuestras almas – explico Gabriel.

-Están locos la unión de dos almas es algo que solo se puede hacer si tienen posesión de colmillo de dragón y el cuerno de Honi, los cuales estoy seguro que no tenían.

-Era la única forma de destruir a Sarikin – se justificó Oliver – además no íbamos a permitir que nos lastimaran como lo hicieron con mi madre.

Sin necesidad de escuchar más explicaciones, me quité la camisa y entre al pozo de Lázaro, ninguno de los demás intervino, uno, no sabían lo que planeaba y dos eran el mejor para cuando curar se trataba, me sumergí y la herida de Bella comenzó a cerrarse, pasado un tiempo no quedo marca alguna después la misma herida se abrió en la mitad de mi pecho, cuando se abrió por completo ambos salimos de las aguas de forma sincronizada, ambos sin aliento.