Felicitaciones... o no

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—Armando, Marce me ha pedido que te diga que ya están todos en el showroom, así que Hugo va a empezar. —Advirtió Patricia, entrando repentinamente en la presidencia.

—Muy bien, Patricia, ya voy.

Luego salió de la presidencia y se dirigió hacia el showroom donde lo esperaban sus padres, Daniel, María Beatriz, Marcela, Camila y los demás.

Marcela le vio entrar en el showroom y esperó mientras todos los demás esperaban a que Hugo trajera los nuevos modelos. Había hablado con Inesita y sabía que tardaría un poco porque todavía estaba vistiendo a las modelos, así que esperaron ansiosos hasta que finalmente apareció Hugo.

Las modelos llevaban ropa en su mayoría en tonos azules y grises, y tenían un diseño moderno. Los vestidos, los trajes, todo era precioso. Todavía necesitaban algunos ajustes, pero todos fueron aprobados por los miembros de la junta para el desfile al final de la semana. Prometía ser el evento del año y Ecomoda no podía esperar.

Después de que Hugo se marchara con sus modelos de vuelta al estudio, Marcela y Armando se apresuraron antes de que alguien pensara en irse, aprovechando lo que parecía el momento perfecto para dar su especial noticia.

—¿Podrían darnos un minuto, por favor? —Pidió Armando, posicionándose frente a todos con Marcela. —Queremos aprovechar que está toda la familia, que es algo increíble, para contarles que tenemos una novedad. —Dijo, pasando su brazo por la cintura de ella, dándole apoyo para seguir hablando.

—Recientemente nosotros... bueno, descubrimos que vamos a tener un bebé, estoy embarazada. —La Valencia dijo alegremente.

—¿De verdad, Marcela? ¡Qué maravilla! —Celebró Margarita, yendo a abrazar primero a Marcela y luego a su hijo.

—No sabes lo felices que estamos, felicidades a los dos. —Dijo Roberto con una amplia sonrisa, repitiendo la acción de su mujer.

—Gracias Roberto, Margarita.

—¡Hermanita, Armando! ¡Felicitaciones! —Fue el turno de María Beatriz de felicitarlos, feliz y risueña como estaba, lanzándose sobre Marcela en un torpe abrazo.

—Felicitaciones, hermano... vas a ser un gran papá. Estoy segura de que tú también serás una gran madre, Marcela. Me alegro mucho por ti. —Dijo Camila, sonriendo a los dos.

—Bueno, felicitaciones... ¿Por qué no me lo has dicho antes, amigo, desde cuándo lo sabes? —Preguntó Mario a Armando, preguntándose por qué su amigo no le había dicho nada.

—Lo sabemos desde hace algo más de una semana, pero queríamos asegurarnos de que todo estaba bien. Así que hoy hemos ido al médico, hemos tenido nuestra primera consulta y por suerte hemos visto al bebé y hemos escuchado su corazón. —Explicó Marcela.

—¡Qué maravilla! —Dijo María Beatriz con todo su entusiasmo habitual.

—Y tú, Daniel, ¿no vas a decir nada? —Preguntó Margarita, al ver que Daniel se quedaba quieto.

—Bueno, no sé qué quieres que diga... mis felicitaciones o mis condolencias.

—Daniel, no digas eso. —Roberto le reprendió por su inapropiado comentario.

—No me malinterpretes, Marcela, me alegro mucho por ti, sé que serás una madre maravillosa, tan buena como la nuestra, dedicada y cariñosa. El único problema es a quién ha elegido como padre de su hijo. ¿O realmente crees que Armando dejará la vida que tiene, todas esas noches para cambiar pañales? —Dijo, viendo que su sonrisa se desvanecía poco a poco.

Un cambio inesperadoWhere stories live. Discover now