La primera cita

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Al cabo de 10 minutos, una joven apareció y los llamó a ambos para que entraran en lo consultorio. De camino a la consulta, Marcela se sintió un poco nerviosa. Quería saber si todo estaba bien, temía que algo pudiera ir mal. Hacía poco más de una semana que se había enterado de lo del bebé, al principio estaba procesando la información, la había cogido por sorpresa, era algo inesperado. Aun así, aunque llevaba poco tiempo y todavía se estaba acostumbrando, lo deseaba tanto...

Al entrar en la blanca sala de consulta, se encontraron con la médica, la joven y aparentemente recién licenciada tenía el pelo castaño y rizado, un poco más abajo de los hombros, y los ojos verde claro, también era alta y tenía una sonrisa reconfortante. Muy amable, les pidió que entraran y comenzó a hablar.

—¡Buenos días! —Saludó estrechando la mano de Marcela y luego la de Armando.

—Buenos días. —Saludaron los dos casi al unísono.

—Marcela Valencia, ¿verdad? —Preguntó la doctoraa, leyendo el papel con los datos de su paciente. —Soy la doctoraa Lucia, le acompañaré durante todo este periodo. —Se presentó amablemente. —¿Es su primera cita? —Preguntó, volviendo la mirada hacia Marcela.

—Sí, es la primera.

—¿Este es...? —Preguntó con curiosidad.

—Armando, mi prometido.

—Bueno, siéntense, por favor. —Preguntó, teniendo ya las primeras informaciones que necesitaba. —¿Cuánto tiempo ha pasado desde que descubrió que estaba embarazada?

—Alrededor de una semana.

—¿Y cómo lo descubriste?

—Me hice un análisis de sangre.

—Un método muy fiable. Bueno, entonces, mis felicitaciones. —Sonrió con simpatía, recibiendo el agradecimiento de la mujer que tenía delante. —Dime, Marcela, ¿qué has sentido últimamente? —Preguntó como parte del protocolo.

—Náuseas y cansancio, estoy durmiendo mucho más que antes. Yo también tengo frecuentes dolores de cabeza. —Comentó Marcela, recordando los disgustos que le estaba trayendo el embarazo.

—Y mareos. —Recordó Armando, siendo ésta la primera vez que se manifestaba después de mucho tiempo.

—Sólo fue una vez. —Dijo sin recordar otras veces que la había afligido.

—Síntomas típicos. Te recetaré algunas vitaminas y te ayudarán con las náuseas. —Dijo Lucia, empezando a anotar la receta de vitaminas y medicamentos. —¿Toma regularmente algún medicamento?

—No.

La médica siguió haciendo las preguntas habituales, sobre la alimentación, los hábitos de Marcela, etc. Después Lucia hizo que Marcela se pesara, anotó todo lo que debía y respondió a todas las dudas que la nueva mamá pudiera tener.

Le midió la tensión arterial, le dio las vitaminas necesarias y todos los exámenes que debía hacer durante el embarazo.

Marcela realmente aprovechó para aclarar todas las dudas que tenía y la médica le aseguró que en cada consulta adquiriría más información y aprendería cosas nuevas. Aprender a lidiar con los cambios, las transformaciones y las novedades que llegarían durante esos meses.

Mientras tanto, Armando escuchaba en silencio todo lo que sucedía, aún sin creer que iba a tener un hijo. Conocía la gravedad de la situación y sabía que ahora todo debía ser diferente. Aun así, su mente sólo quería creer que no pasaba nada, para dejar de preocuparse al menos un minuto.

Un cambio inesperadoWhere stories live. Discover now