Cap. 18

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La primera noche en Hogwarts para Harry no fue exactamente como se lo imaginaba.

Pues de nuevo, el ataque que tuvo en esta ocasión fue muy desagradable, Harry tuvo que poner un hechizo silenciador en el baño, para que ninguno de sus compañeros de cuarto lo escuchara. Harry se inclinó hacia el baño, dónde comenzó a tener arcadas, no fue hasta después de mucho esfuerzo que los pétalos azules* cubiertos con sangre pudieron apreciarse revueltos entre el agua y la porcelana blanca del baño.

Y Harry lloró.

Lloró porque sabía que su tiempo disminuía.

Lloró porque sus padres estarían decepcionados de él.

Lloró porque le dolía, dolía saber que Draco no lo ve ni nunca lo vería como Harry lo veía a él.

Y por primera vez, Harry tenía miedo por el futuro, por el qué pasaría con los que quería, una vez que él ya no estuviera ahí para ellos.

Harry limpió el baño y su boca en la cual habían quedado unos rastros de sangre y salió para intentar dormir algo, ignorando completamente a sus compañeros.

Durante la segunda noche, Draco le había escrito pidiendo reunirse para poder hablar, asegurándole que no le dirían nada porque tenía sus rondas de prefecto. Por lo que Harry aceptó a ir, sabiendo que no tendría buenos resultados, por lo que llevo consigo una poción para el dolor de garganta, solo por si acaso.

Harry llevaba el mapa para buscar al rubio, cuando lo localizó en el salón vacío donde habían quedado, fue directamente ahí.

Entró tentativamente para no espantar al Slytherin y cuando hubo cerrado la puerta no tuvo tiempo de saludar porque Draco ya lo estaba abrazando. Harry al principio se congeló, porque realmente no se lo esperaba, pero una vez toda la información llegó a su cerebro, devolvió el abrazo.

Harry sentía los pétalos subir por su garganta, en el momento en que devolvió el abrazo supo que esto era algo que pasaría, rápidamente deshizo el abrazo y se inclinó a un lado esperando que los pétalos finalmente salieran de su garganta, donde se encontraban atascados, nuevamente los pétalos azules fueron expulsados cubiertos de sangre como lo habían hecho antes. Harry no podía verlo, pero Draco se encontraba a su lado, congelado, sin saber qué hacer ni saber qué es lo que estaba pasando.

El pelinegro podía sentir como una mano acariciaba en círculos su espalda como manera de confort, una vez las arcadas se calmaron saco la poción para el dolor y se la bebió, para después desaparecer los pétalos y la sangre y limpiar los rastros que habían quedado en su boca.  Se levantó de su posición solo para ver al rubio frente a él con una mueca de preocupación y desconcierto en su rostro.

—¿Estás bien? —preguntó Draco preocupado— ¿Qué fue lo que paso?

Harry se quedó en silencio pensando en cómo iba a explicar lo que recién había sucedido, queriendo darse de golpes en la pared por haberse dejado ver en esa situación.

—Eh, bueno, en realidad es algo largo y complicado de explicar —se excusó Harry de inmediato.

—Bueno, la noche es larga —dijo Draco, no dejando que lo dejase sin respuestas.

—Bueno, es que en realidad, estoy enfermo.

—Creo que eso es un poco obvio, pero ¿Por qué estás enfermo? —preguntó con obviedad, pero después añadió preocupado— ¿Te maldijeron?

—No, no es nada de eso —Harry negó rápidamente, pero parecía confuso—, solo es complicado. Sí, es una maldición, pero es antigua dentro de la familia Potter, se llama Hanahaki y hace que una rosa crezca dentro de mi pecho por un amor no correspondido, aparentemente, y pues si la persona a la que amo no declara su amor hacia mí, hay posibilidades, bueno, en realidad es seguro que muera.

Deadly Roses ●๋ [Drarry] ●๋Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin