Deadly Roses ●๋ [Drarry] ●๋

Cap. 13

Harry encuentra difícil la forma en la que describiría su ahora, ¿amistad?, con Draco Malfoy.

Había pasado un mes desde que habían puesto fin a aquella rivalidad que tenían desde que se conocieron. Sabían que las demás personas lo habían notado, tal vez no que ahora eran amigos, pero si habían notado que las disputas por los pasillos habían terminado.

Aunque no habían acordado eso habían mantenido esa extraña amistad en secreto, no le habían contado ni a sus amigos, el por qué, ninguno de los dos sabían. Pero tal vez era porque querían que esa amistad fuera más íntima, es decir, que solo ellos dos pudieran disfrutarla.

Su amistad se basaba más que nada, en mandarse cartas de manera discreta, con la primera carta ambos acordaron una hora para mandarse las cartas sin que sospecharan. Aunque luego de alguna manera, Draco había conseguido un par de pergaminos que servía para comunicarse, cuando escribían en un pergamino aparecía en el otro, por lo que esa amistad funcionaba mejor.

Sobra decir, que eso fue lo que hizo que Harry no se muriera en el trascurso de su amistad, pues aunque en ocasiones solo sus conversaciones por cartas lo hacían sentir malestar, realmente no había pétalos por el momento. Bueno, eso era en sus conversaciones por cartas, pero cuando en los pasillos se encontraban y disimuladamente se saludaban, Harry tenía que salir corriendo al primer salón desocupado o al baño para toser a gusto.

Recién unos días antes el Slytherin le había dicho a Harry que le había contado de su amistad a Pansy Parkinson, le dijo que no había armado un escándalo ni nada —claro, Harry no sabía que eso había sido idea de la pelinegra—. Por lo que Harry sabía que pronto tendría que decirles a Ron y Hermione y eso no sería nada fácil.

Con ese pensamiento, Harry se encontraba caminando a la sala común para por fin descansar y, tal vez, encontrarse con sus amigos, cuando justo antes de dar vuelta en una esquina fue jalado y llevado a un aula en desuso.

Harry, confundido, rápidamente se puso a la defensiva para hechizar a su atacante, claro, antes de darse cuenta de que no era uno, sino dos, y eran Ron y Hermione quienes en su rostro, mostraban una clara determinación que hacían que Harry temiera y no sabía por qué.

—Así que... Dinos Harry, ¿qué está pasando? —preguntó Hermione, a su muy confundido amigo.

—No sé que es a lo que te refieres Hermione.

—¿Ah, no? —cuestionó ahora Ron mientras alzaba una ceja—, Entonces que es eso de que Malfoy y tú, de un día a otro, dejaron de insultarse y molestarse cada que se ven en los pasillos. Porque hasta donde yo sabía esa era su rutina desde primer año.

—Ah, eso—musitó Harry con entendimiento—. Pues no sé que quieren que les diga.

—Harry, por favor, no nos quieras ver la cara de estúpidos —regañó Hermione—, por favor, dinos ¿Qué fue lo que pasó para que eso para?

—Pues en realidad, nada especial, solo que el día del castigo Malfoy y yo, decidimos que era momento de madurar y dejar esas tonterías atrás, por lo que llegamos a una especie de acuerdo y ahora somos algo así como amigos.

—Bueno —dijo la castaña—, me alegro por eso, pero...

—Espera —interrumpió el pelirrojo—, el castigo fue hace como un mes, eso quiere decir que ¡¿Eres amigo de Malfoy desde entonces y recién nos lo dices?!

—O sea, sí, pero no sabía cómo decirles.

—No, está bien Harry —Hermione intentó calmar a su amigo quien estaba haciendo un puchero y poniendo una cara de cachorrito marca James Potter—, eso era algo tuyo y no era nuestro asunto, solo queríamos saber que era lo que estaba pasando, ya sabes por si afectaba tu enfermedad.