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Ya había pasado tiempo desde que se dió a conocer la noticia del embarazo de Naruto y ya estaba en esos meses en el que los antojos aumentaban mucho.

— Daye, carne, el bebé y yo queremos carne, no lo olvides, mucha carne! - grito el rubio, mientras era jalado por su sirvienta personal a la oficina del emperador.

Una vez en la oficina el rubio entro sin siquiera anunciarse, el no debía de hacerlo, tenía todo el derecho de entrar sin tocar ya que era su esposo, no?.

Al entrar vaya sorpresa que se llevó y su sonrisa se borró de su rostro. Su esposo se encontraba recibiendo uvas que le daba una mujer en la boca, mientras está se encontraba en el regazo del pelinegro.

— Acaso no sabes tocar?! - grito el emperador sin voltear.

— No sabía que debía hacerlo cada que vengo a ver a mi esposo - respondio seriamente el rubio, mientras mantenía una postura firme.

— Naruto - volteo a ver al rubio sin quitar a la mujer de sus piernas - te presento a Sofía, una esclava española que me enviaron como un regalo por el hijo que esperas.

— Eso no es algo que me interese - miro con repudio a la chica sonriente en las piernas de su esposo - me retiro, su majestad está ocupado, no deseo hacerlo perder el tiempo y tampoco deseo estar más en esta habitación - hizo una reverencia y se dió la vuelta sin esperar respuesta por parte del azabache.

— Eso no es algo que me interese - miro con repudio a la chica sonriente en las piernas de su esposo - me retiro, su majestad está ocupado, no deseo hacerlo perder el tiempo y tampoco deseo estar más en esta habitación - hizo una reverencia y se d...

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Había pasado tiempo desde que aquella esclava llegó al palacio y en ese tiempo está no salía de la oficina del emperador, y aquello molestaba mucho al rubio.

— Tranquilízate o te lastimaras los dedos - dijo el mago, mientras ponía una barrera protectora a los dedos del rubio, ya que no los dejaba de morder.

— Cómo quieres que me calme? Si esa esclava continúa estando cerca de Sasuke - respondió al mago.

— Si continuas así tendrás una explosión de mana de nuevo - advirtió el mago - vamos a dar un paseo por el jardín para que te despejes.

— Claro - respondió.

Una vez en el jardín Naruto logro despejarse un poco, el aire fresco de la tarde, las flores moviéndose al compás del viento, las mariposas volando en el jardín y un agradable sol. Definitivamente se había calmado un poco e incluso traía a su hijo consigo, por lo que era más agradable el paseo.

Su bebé de ya 7 meses balbuceaba mientras veía las mariposas, succionaba el mana de Naruto, pero al sentir que había otra presencia en el vientre de su "madre" no succionaba mucho del mana de este.

Menma ya estaba bastante grande para su edad un niño bastante energético y feliz, el mana de este era igual que el de su padre doncel, por lo que tendría la misma o casi la misma cantidad de mana que el.

Unas carcajadas se escucharon por el jardín y la escena frente a los ojos de Naruto lo enfureció. El emperador y aquella maldita esclava estaban en SU jardín, de SU palacio, mientras reian y comían.

— Gloria y bendiciones a el sol de Konoha, su majestad el emperador - reverencio con respeto Naruto.

— Naru, cómo estás? Tengo tiempo sin verte. Es Menma? Que grande esta - estiró los brazos y tomo al bebé en estos.

Menma solo veía a su padre de manera sería y a la mujer a su lado la veía con desprecio. La esclava quiso tocar la mejilla de Menma, pero este simplemente se alejo al ver su mano.

— Su majestad, lo puedo cargar?

— No, no puedes - dijo Naruto y arrebato a Menma de los brazos de Sasuke con cuidado.

— Me retiro, no deseo estar más aquí - el rubio hizo una reverencia y se dió la vuelta para irse del lugar.

— Su majestad la media luna del imperio, tenga cuidado!! - grito un guardia mientras corría hacia Naruto y Menma.

𝐂𝐨𝐧𝐜𝐮𝐛𝐢𝐧𝐨 ˢᵃˢᵘⁿᵃʳᵘWo Geschichten leben. Entdecke jetzt