– Jisunggie estás feliz, puedo sentir tu aroma. – Dijo la madre del alfa.

Hannie se quería morir de vergüenza, no fue su intención excitarse ante el tacto del mayor. Le sonrió a su suegra y miró como sus padres lo miraban con desaprobación, ellos habían estudiado las conductas involuntarias de la cola, cosa que ni él entendía.

*

– ¿Por qué mis papás no pueden ser como los tuyos? –

– ¿Saben que... –

– Si saben, entienden nuestras colas mejor que nosotros. –

*

Minho estaba evitando devolverle la mirada a sus suegros, se sentó derecho, haciendo que Jisung también se tuviera que re acomodar. Ahí es cuando lo notó, Jisung estaba usando como accesorio la bandana. Sin quererlo su cuerpo se empezó a calentar y liberó una cantidad de feromonas haciendo que Jisung se desorientara un poco.

– Minho, ¿hijo estás bien? – Su madre lo miraba preocupado. Jisung al escuchar a su suegra se volvió a orientar.

– Amor, ¿tienes contigo los supresores? – Minho no respondía, se sentía afiebrado y su cuerpo le comenzaba a pesar, miró a Jisung y su cuerpo le rogaba que lo tomara ahí mismo.

Jisung algo asustado se puso a buscar en los bolsillos del mayor pero no encontró nada. Sintió un aroma extraño, era una mesera que era omega, sin dudarlo le gruñó asustando a todos los presentes menos al alfa, que lo beso. La chica se fue corriendo, los padres de ambos lobos no sabían qué hacer, estaban presenciando como sus hijos se comían la boca, tenían claro que Minho estaba en celo.

Pasó un minuto y volvió aparecer esa omega haciendo que Sunggie tomara el control del cuerpo humano, cuando le iba a gruñir nuevamente ahora listo para defender a su alfa ella le tiró una tira de pastillas y volvió a cerrar la puerta. La madre de Minho se las quitó a Jisunggie de las manos para confirmar si era lo que creía, supresores.

Rápidamente el padre del mayor le sirvió un vaso de agua y el alfa se tomó la pastilla. Jisunggie recostó al alfa en sus piernas mientras le hacía cariño en el cabello.

– Ya te vas a sentir algo mejor y vamos a poder ir a casa. – le repetía mientras lo mimaba.

¿Y tú? liberé muchas feromonas muy repentinamente. – El omega algo sorprendido de cómo el alfa lograba volver a tomar control de la situación y no dejarse llevar por el dolor de manera tan veloz.

– Me aturdí un poco, eso es todo pero ya estoy bien. – Se sonrieron y recordaron que sus padres estaban ahí mirándolos atentamente.

– Me gusta ver cómo se cuidan mutuamente. – Comentó la madre del alfa.

– Claro que desearía no ver como Minho le come la boca a mi hijo. – Normalmente el alfa hubiera sentido vergüenza ante el comentario de su suegro pero a causa del celo sintió orgullo.

– Papá evitaremos que eso pase de nuevo. – Su padre le sonrió.

Después de una hora Minho ya se sentía normal, por lo que los fueron a dejar a su casa. Hannie ya había dado el aviso al resto del grupo de que Minho estaba en celo.

– ¿Cómo te sientes? –

– Mejor, eso si tengo ganas de acurrucarte, podrías venir. – Jisung se acostó en la cama junto a su alfa. 

 

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Voluntad de los DiosesWhere stories live. Discover now