Capítulo Final

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Era viernes y Esteban caminaba nervioso por los pasillos del colegio. Los alumnos estaban en clase y aunque se escuchaba el murmullo lejano de los profesores dentro de las aulas, reinaba la calma.

Era uno de esos días, sus favoritos. El sol entraba a raudales por las ventanas y las pequeñas partículas de polvo todavía flotaban en el aire como brillos llenos de luz y magia, aún revueltas tras el pasaje imperioso de los alumnos que sacudían todo con su juventud y energía.

Caminaba por allí, por última vez.. al menos de momento.

Pensaba en todo lo que había sucedido en los últimos tres meses, desde que habían superado las duras pruebas físicas y emocionales que les había dejado el incendio del colegio. El tercer piso ya estaba completamente restaurado y la biblioteca había vuelto a su habitual funcionamiento, habían recibido varias donaciones importantes y al final habían acabado por tener aún más libros. Todo parecía vuelto al orden, sin embargo, todo había cambiado entonces... y cambiaría aún más aquel día, en solamente unas horas, todo sería diferente.

Estaba un poco nervioso, no demasiado, de todas formas los cambios sólo provenían del amor y la felicidad y aquello no podía más que salir sencillamente bien. Se repetía aquello mentalmente como un mantra mientras repasaba sus lugares favoritos del colegio recordando los momentos vividos allí con su padre, con Víctor... con María.

Al avanzar por el elegante pasillo de piso de damero rumbo a la zona de dirección se detuvo en la puerta de madera a la izquierda de su oficina. Miró del otro lado del pasillo, hacia secretaría. Estaba cerrado y en la puerta colgaba el cartel de "enseguida vuelvo", lo que quería decir que no había nadie para anunciarlo, así que tocó la puerta.

-Adelante. -La voz de Carmela se oyó fuerte y clara. -Ah eres tú. -Sonrió cuando él apareció en el umbral y dio un paso dentro de la oficina de la vicerrectora. -¿Ya te vas?

-Casi.

-Esteban.. Vete ya por dios. No puedo creer que sigas aquí, o que hayas venido a trabajar hoy siquiera.

-No quería salirme de la rutina, hubiera estado aún más nervioso en mi casa simplemente esperando.

-Bueno, lo único que faltaría es que llegues tarde. Vete ya de una vez... puedo ocuparme de lo que haga falta y lo sabes.

-Es que..

-Si podemos sobrevivir sin ti la última semana antes de las vacaciones, bien podremos sobrepasar este mediodía.

-¿Mateo va a venir por ti?

-Si el señor Ponce sabe lo que le conviene, estará aquí vestido de punta en blanco a la hora de cierre, con mi vestido envuelto en plástico de tintorería.

-¿Y mi madre?

-Ha ido a buscar los..-

-Ya sé dónde está. -La interrumpió ansioso. -Pregunto si va con ustedes.

-Bueno.. no.

Esteban entrecerró los ojos, contrariado.

-Entonces voy a esperarla, a lo mejor hemos quedado en que yo la llevaba. Supongo que lo recordaría pero han sido tantas cosas que a lo mejor lo he olvidado. -Dijo llevándose una mano a la cabeza.

-Por favor, cálmate. Tu madre ya tiene quien le lleve.

-¿Irene?

-Mira.. lo importante es que estará ahí a la hora indicada. Pero no estoy segura de decir lo mismo de ti si sigues perdiendo el tiempo con tonterías. Tú ya vete porque yo estaba muy tranquila haciendo de cuenta que trabajaba y soñando con comer pastel de boda sosteniendo el ramo de la novia y me estas poniendo nerviosa, al final voy a acabar por ponerme a trabajar en serio.

La ProfesoraWhere stories live. Discover now