Había pasado una mala noche. Ya era la segunda después del almuerzo con María. Soñaba con su padre, como siempre. Él era un niño y su padre estaba a lo lejos hablando con una mujer.. Él lo llamaba y le pedía ayuda. Pero su padre se alejaba cada vez más, sin contestarle nunca, hasta desaparecer. Luego él vagaba por La Finca sintiéndose perdido y asustado, caminaba tanto tiempo sin rumbo que cuando volvía a verse en el espejo del recibidor habían pasado 20 años.
Se despertó de golpe algo transpirado. Miro el reloj, eran las 5 de la mañana. No conseguiría volver a dormir así que se levantó y fue hasta la cocina donde puso a hacer café.
Se dio una ducha que le hizo sentir mejor y al salir fue al vestidor para elegir qué ropa ponerse para el día.
Una vez más, hizo una mueca al ver los trajes colgados, su pequeña colección de azul y gris. Agarró el primero sin molestarse mucho, mascullando que de todas formas eran todos iguales y después de ponerse la camisa, obviamente blanca, se detuvo un momento antes de ir a su mesa de luz y abrir el tercer cajón.
Tomó una caja alargada y la apoyó en la cama. La dio vuelta. Se leía 'Augusto San Román' en lapicera y pasó sus dedos por la fina escritura, un poco borrada por el paso del tiempo. La abrió, sacó la corbata de seda italiana y se la puso con cuidado mirándose con seriedad en el espejo del vestidor. Después de terminar de vestirse salió a la calle, sin tomar ningún café.
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Iba en el taxi hablando por teléfono. Por la diferencia horaria, era la mejor opción para las dos, acostumbradas a verse o hablar casi todos los días y contarse todo. María tenía clases y luego el ensayo y para cuando se liberaba ya era de noche para Nathalie y tenía que ocuparse de su padre.
-Pero y luego.. ¿No te dijo nada más?
-Ni una sola palabra.
-Sabes, en todos los años que trabajo allí.. Nunca le vi siquiera mirar dos veces a una mujer, mucho menos invitarla a almorzar. ¡Ni le he visto comer siquiera jamás! Aunque en el aula de profesores siempre se corren rumores. Claro como él mantiene tanta privacidad, eso alimenta el misterio y a los curiosos. Que si está casado con una señora mayor y no quiere que se sepa. Que si tiene un romance de película con una actriz famosa, hasta hace poco andaban con la historia de la madre de un alumno..
-Sí he oído algo de eso.. -contestó insegura recordando el primer día.
-Bueno tú no te creas nada.. La única que puede tener información concreta es Carmela, a mí nunca me ha interesado el tema, pero puedo intentar averiguar.
-¡Ni se te ocurra! Si a mí tampoco me interesa tanto el tema -dijo intentando sonar desinteresada. -Te lo cuento como si fuera cualquier otra cosa, sin más.
-Claro. Sin más... ¿y tú crees que soy tonta? Es que no lo puedo creer. Mi mejor amiga, viviendo situaciones indecentes con el director del colegio y yo aquí, compartiendo habitación con mi hermano y peleando con los primos por un viñedo. Que asco de suerte.
-Oye, no será el de Saint-Emilion ¿no?, quédatelo así podemos volver a hacer escapadas como cuando éramos adolescentes.
-Pensar que te hiciste la recatada con el vino con el señor San Román.
-Pero si es tu culpa, yo no había probado una copa de alcohol antes de caer en tu mala influencia.
-Claro, la monja.. A ver si me cuenta esta casta señorita cómo ha conseguido siendo tan inocente que en dos días la invite a almorzar el partido mayor del condado, el Señor Director del Colegio.
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La Profesora
FanfictionLa vida ordenada y rutinaria del Director del Colegio Santa Andere, Esteban San Román, da un giro inesperado con la llegada de María Fernandez Acuña, la nueva profesora suplente. Atado por una historia del pasado que todavía no termina de comprender...