Imposible no quererte

Fin de curso

Fin de curso

Severus jamás olvidaría la expresión de Dumbledore cuando entró a su despacho y los vio a él y a Harry Potter esperándole en uno de sus sillones. Pareciera que el gran mago no volvería a recordar el modo de hablar mientras movía sus labios compulsivamente intentando emitir algún sonido.


El Profesor de Pociones se puso en pie con cuidado para no despertar a su alumno quien dormía con la cabeza apoyada en regazo.


— Han sido días muy estresantes. —le informó en voz baja—. Déjalo dormir mientras te cuento lo que ha pasado.


Dumbledore asintió dejando de boquear, ya estaba convencido de que no podría encontrar una palabra adecuada a la situación. Pero su expresión fue aún peor cuando se enteró de los resultados en los exámenes que Severus realizara a su alumno. A petición de Harry, el Profesor no le mencionó su intento de aborto, eso sería un secreto entre ellos dos. Sin embargo, con lo que Albus Dumbledore se enteró fue suficiente para mostrarse totalmente indignado.


Y esa fue la expresión que le vio Harry al despertar. Bajó la mirada sin saber si debía avergonzarse. Snape entendió cómo debía sentirse, su reputación sería cuestionada por sus compañeros y por el resto del mundo.


— Ya le he contado todo. —le informó Snape sentándose a su lado, ambos intercambiaron una mirada para confirmar que realmente sólo le había dicho lo que planearon.


Harry asintió mirando después a su Director quien continuaba sin poder quitar de su rostro esa peculiar expresión de furia, confusión y preocupación.


— Lo siento. —se disculpó Harry.

— No, no tienes nada porqué disculparte. —aseguró Dumbledore sin mirarle—. No estoy enfadado contigo, sino con esa terrible persona que abusó de ti. Es importante averiguar quién es.

— Preferiría no hacerlo. —dijo Harry con el ceño fruncido—. Lo único que ansío es olvidar todo y...

— No, Harry, eso no está a discusión. —volvió a interrumpirlo el anciano Director—. Te ha pasado en el colegio y es mi deber encontrar a ese monstruo y sacarlo de aquí.

— No, no, por favor, no quiero que mi nombre siga en boca de todos.

— Perdóname, Harry, pero en esta ocasión no puedo complacerte. Hay un peligro en Hogwarts y no queremos que le suceda a nadie más ¿cierto?

— No, pero... lo siento, no me creo capaz de culpar a nadie de aquí, si creen que deben encontrarlo háganlo ustedes, por favor. Pero si es alguien del colegio prefiero no saberlo, me rehúso a odiar a otra persona que no sea Voldemort.

— No creo que esa persona vuelva a hacerlo. —intervino Severus—. Si su intención era la de satisfacer sus instintos más bajos se hubiera buscado una víctima menos visible que Harry Potter. Él era su objetivo desde un inicio y no cometerá el error de regresar a la escena del crimen, mucho menos ahora que se sabrá del embarazo de Potter.


Severus notó que Harry se estremecía a su lado al escuchar la idea de publicitar su embarazo, guardó silencio esperando a que se compusiera antes de continuar hablando.


— Se enterarán tarde o temprano, Potter.

— Lo sé, pero me gustaría esperar hasta después de vacaciones. Las clases están por terminar y no quiero pasar el verano con los cuchicheos a mis espaldas. Sólo se lo diré a los Weasley, ¿puedo pasar las vacaciones completas con ellos, verdad? Supongo que no me dejarán ir con mis tíos así, sospecharán algo raro.

— Con ellos estarías a salvo. —aseveró Dumbledore.

— A salvo, pero no protegido. —manifestó Snape ante el asombro de los otros dos—. Potter está en un momento crucial de su embarazo, debe tener cuidados especiales, una buena alimentación y gente pendiente de su estado de salud, no me imagino a nadie más capacitada que Molly Weasley para darle lo que necesita.


Dumbledore tuvo que aceptar que el argumento de Severus era sólido, tendría que tomar medidas de precaución extra pero así era mejor. Harry envió a Severus una mirada de agradecimiento cuando el anciano director finalmente dio su visto bueno, sin embargo, Severus apenas sí pudo corresponder con una breve mueca.


Ni él mismo sabía porqué no se sentía cómodo con su propia idea. Por un segundo se le pasó por la cabeza proponer que se quedara en Hogwarts y seguir pendiente personalmente de su alumno, lo cual debía ser completamente absurdo. No, al contrario, debería sentirse satisfecho de que finalmente otros se harían cargo del chico y él podría regresar a su vida normal.


¡Pero le costaba tanto convencerse!