Enloquecido

4.1K 439 18
                                    


Enloquecido




Severus tuvo que apresurarse e impedir que Harry saliera de su dormitorio, no podía irse sin hablar y el chico tan solo había bufado cuando escuchó aquellas palabras que él creía provocarían un impacto más importante.


— Potter, hay que conversar sobre esto. —le dijo obligándose a ser paciente—. Aún no le he dicho a Dumbledore pero él tiene que enterarse.

— ¿Enterarse de qué? ¿De que su profesor de pociones finalmente ha enloquecido? Creo que ya debe sospechárselo.

— Potter, es inútil que finja que no sucede nada, las pruebas no mienten.

— ¡Ya basta, Snape! —gritó enfurecido—. ¡A mí no me importa su salud mental pero le sugiero vaya ahora mismo con un loquero que le crea sus fantasías!


Severus volvió a fruncir los labios, le tentaba la idea de permitir que Harry abandonara la habitación y se hiciera líos él solo, pero no podía, por más indignado que se sentía al cuestionársele su palabra y su cordura.


— Potter, no tengo tiempo para estas tonterías, si fue lo suficientemente maduro para tener relaciones, séalo también para asumir las consecuencias.

— Escuche, no soy un iluso que pueda engañar tan fácilmente. —aseguró con los dientes apretados o de otra forma no podría controlarse y terminaría arrepintiéndose de sus acciones—. Si no se retracta ahora mismo, le juro que no le perdonaré nunca que ofenda mi honor ni el de Ginny.

— ¿Ginny Weasley? No, yo me refiero a...

— Ella no está embarazada, no de mí... ¡de nadie! No hay embarazo, entiéndalo de una vez, todo el mundo sabe que ella y yo terminamos hace tiempo... es imposible.

— Potter, nadie está hablando de Ginny Weasley, el embarazo es suyo.

— ¡Ya pare de decir esas cosas! —exigió Harry con las mejillas encendidas.

— Usted está embarazado, no tiene caso que lo niegue. No sé con exactitud cuánto tiempo tenga pero si me permite revisarlo...

— ¡No pondrá una sola de sus asquerosas manos sobre mí! —bramó Harry apartándose—. ¡Lo odio! ¡No sé porqué piensa que esto pueda ser gracioso de alguna forma, pero será mejor que se retracte!

— ¿Entonces... no lo sabía?

— ¡Snape, basta! —volvió a insistir dando pasos hacia atrás—. ¡Se está sobrepasando, esto va más allá incluso de usted!


El Profesor asintió, tuvo que admitir que Harry no fingía y realmente no se había dado cuenta de su preñez, sin embargo, eso no cambiaba nada. Después de colocar los mismos hechizos que le impedirían salir de ahí como de su despacho, fue a sentarse frente a la chimenea, ansiaba enormemente poder servirse un vaso de whisky pero no era el mejor momento para hacerlo.


— No es mi intención entrometerme en su vida, Potter, pero su embarazo es de vital importancia, la guerra está muy próxima y...

— ¡Por Dios, por lo que más quiera, ya no mencione esa palabra!

— Es mejor que lo acepte lo antes posible, y su pareja debe ser informado también... supongo que es Ronald Weasley ¿no?

— ¡No! —negó moviendo la cabeza de un lado a otro frenéticamente—. ¡Snape, se lo ruego, pare ya!

— Yo puedo parar, Potter, pero eso no cambiará nada. Usted está embarazado.

— ¡¿Pero cómo?! —cuestionó desesperado—. ¡No he tenido otra novia!


Esa desesperación fue notada por el Profesor, y se confundía aún más. Tenía que pensar bien en sus palabras pues Harry temblaba tanto que parecía estar a punto del colapso. Quizá debía explicarle desde el principio pues la ignorancia de su alumno le sorprendía demasiado.


— Una chica no embaraza chicos, Potter.

— ¡Ya lo sé, no soy estúpido! —respondió jadeante—. ¡Y por eso mismo sé que yo tampoco puedo embarazarme, soy un hombre!


Snape comprendió entonces la renuencia de Harry a aceptar el embarazo, pasó saliva con apuro, su corazón se aceleró rápidamente deseando con fervor no haber iniciado esa conversación. Debió haber ido con Dumbledore y dejarle la terrible labor de tener esa charla con Potter, pero ahora no podía detenerse y permitir que se fuera en ese estado, era demasiado peligroso.


— Hay embarazos masculinos, Potter. —le dijo usando un tono estrictamente educativo, como si estuviera en una más de sus clases—. Son raros pues pocos magos son capaces de controlar dos magias en el mismo cuerpo, obviamente sabemos que usted no es un mago común y corriente.


Snape se puso de pie acercándose más al chico que le miraba horrorizado, nunca creería semejante mentira, por más que se lo repitieran.


— Nadie me dijo que eso fuera posible. —aseguró Harry volviendo a indignarse—. ¿Y sabe porqué? Porque no es cierto. No sé cuáles son sus motivos para intentar desequilibrarme, Snape, pero no lo logrará.

— Lo único que quiero es que entienda lo que le está pasando.

— ¡Que no me pasa nada! —gritó enfurecido.

— Potter, no abuse de mi paciencia, abra su mente mediocre y entienda que aún tiene mucho por aprender.

— Pero...

— Entiendo que no se haya protegido si no sabía que esto pudiera ocurrirle, pero no es momento de lamentarse sino de actuar.

— Bien, supongamos que es cierta esa tontería de que los hombres se embarazan... ahora explíqueme cómo. —le desafió Harry con una mordaz sonrisa.


Snape entrecerró los ojos. ¿Potter pretendía que le diera clases de sexo? bien, si eso esperaba podría esperar sentado, no se burlaría de él hasta esos extremos.


— ¿Ahora quiere fingir ingenuidad, niño altanero? —siseó malhumorado—. No es mi deber darle "la charla", y si está embarazado es porque obviamente ha tenido la suficiente práctica para saber de sexo.


El rostro de Harry enrojeció, y Severus comprendió que no era de ira sino de verdadera timidez, casi se arrepintió de sus palabras, después de todo, Potter aún no cumplía los diecisiete, ¿qué tanta experiencia podía tener?


— Quite las barreras, me voy de aquí. —increpó el chico dirigiéndose a la puerta.

— No creo que sea conveniente que regrese esta noche a sus habitaciones, está muy alterado y sus amigos sospecharían.

— ¿Qué van a sospechar? —repitió sarcástico—. Ellos no podrían imaginarse nunca que usted ha enloquecido y salido con el cuento del embarazo masculino.

— ¿Porqué le cuesta tanto trabajo creerlo? ¿Es que no ha visto la suficiente magia en este mundo para saber que no es imposible?

— Snape, ya he hablado demasiado con usted sobre este absurdo tema, no pienso decirle ni una sola palabra más, confórmese con saber que se ha equivocado, no estoy embarazado... es IMPOSIBLE.


A Severus le sorprendía la firmeza en la voz de su alumno, era increíble que fuese tan necio para no aceptar lo evidente, simplemente no tenía caso insistir por ahora. Lo vio sacar su varita e intentar romper las barreras. A pesar de todo ya no lucía tan exasperado, así que le permitió salir. Ya estaba cansado y necesitaba dormir un poco, tal vez una noche de reflexión también ayudaría a Potter a aceptar su destino.


Imposible no quererteUnde poveștirile trăiesc. Descoperă acum