⚠ Las imágenes de ilustración y la portada no me pertenecen, créditos a sus respectivos autores ⚠
• Libro dedicado al solecito Genya Shinazugawa. ♡
• One Shots.
• Safe place with Genya.
• Type of...
• Headcanons.
• Fem reader en su mayoría.
• Se ace...
El pelinegro llevaba a la chica a rastras, estaban apresurados ya que la lluvia había comenzado y amenazaba con seguir un largo rato así.
Ambos habían salido a dar una caminata corta por el parque y de la nada la lluvia se hizo presente en el lugar.
Llegaron a una pequeña caseta que había en allí y entraron para no mojarse. La chica se sentó sobre el suelo y abrazó sus piernas, el pelinegro lo notó, se quitó su abrigo y se lo puso a ella sobre los hombros.
—¿Y tú? Vas a pasar frío.
—No pasa nada,es mejor así para que no te enfermes. -Se sentó junto a ella y observó la caseta.
—Nada de eso, tampoco es justo que te enfermes tú.
Extendió una parte del abrigo hacía él y se la puso sobre el hombro quedando más cerca el uno del otro y la chica aprovechó para recostarse sobre su pecho. De repente el frío estaba abandonando el cuerpo de Genya.
El pelinegro recuperó la compostura y trató de calmarse para que su respiración no se acelere.
—¿En cuánto crees que dejará de llover? -Preguntó tímido.
—No lo sé, ahora es mejor disfrutar de la lluvia. Aunque preferiría hacerlo en la comodidad de mi caza con una taza de chocolate junto a mi perro.
El contrario rió bajo por la imagen mental que le había dado su novia.
—Seguro estarías tapada hasta las orejas.
—No te burles, es lo mejor con este clima. -Golpeó su brazo suavemente. —Aunque sería mejor si te recuestas conmigo.
Volteó a ver el pelinegro y estaba rojo hasta las orejas, eso sonó como una indirecta, pero conociéndolo, lo que lo hizo avergonzarse era la idea de estar acurrucados juntos.
Era muy fácil avergonzarlo y por eso a ella le gustaba molestarlo ya que se veía lindo cuando se ponía nervioso, aunque nunca sobrepasaba sus límites.
La peli__ recordó que tenía caramelos en los bolsillos del abrigo de Genya, los guardaba ahí porque a ella no le gustaba llevar más de lo necesario cuando salía para no tener que sacar un bolso.
Sacó algunos, les quitó el envoltorio y le ofreció algunos a su novio. Así estuvieron por un buen rato, compartiendo los caramelos, hablando y de vez en cuando el pelinegro se animaba a darle cortos besos en la frente y la cabeza, realmente un momento lindo a pesar del clima que hacía ese día.
Sin darse cuenta el tiempo pasó bastante rápido, la lluvia comenzaba a cesar, aunque el aire seguía frío.
—Parece que ya dejó de llover. -El pelinegro se asomó afuera y se levantó.
—Al fin, comenzaba a impacientarme ¿Vamos a mi casa y hacemos maratón de alguna serie o saga?
—Sí, te ayudo a hacer las palomitas.
El pelinegro le extendió su mano para alzarla del suelo y luego me acomodó bien el abrigo. Se agarraron de la mano y empezaron a hablar de su plan para ese día.
—¿Le puedes preguntar a Sanemi si te deja quedar a dormir? -Recostó su cabeza sobre él.
—Haré el intento, pero es mejor que tu madre lo convenza porque a mí me dirá que no.
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Compensación por desaparecer cada cierto tiempo 👩
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