🕧EPÍLOGO🕧

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22 AÑOS DESPUÉS...

—Deja de llorar por favor. —repetía Karen mientras me limpiaba cuidadosamente las lágrimas de los ojos.

—Pero no puedoo —hipeo —Mi niña está a punto de casarse —termino lo último y vuelvo a llorar.

—¡Algún día iba a suceder!, mira te entiendo, me pasó lo mismo cuando Jonathan me trajo a su primera novia.

—Jonathan no se va a casar ni se va
a ir. —le recuerdo.

—Pero es casi igual, ¿acaso no estas feliz porque tu hija está a punto de casarse con la persona que ama?.

—Estoy muy feliz. —digo sincera —mi hija estará en buenas manos, Felipe es un buen hombre, la trata tan bien
—me limpio la nariz —pero eso no quita que me sienta nostalgica, lloro de felicidad porque mi niña ya es toda una mujer—digo —y a la vez por que voy a estar sólita.

—Hay mujer, tu hija solo se casa, Perlita siempre a sido consentida y como resultado te adora, no te va a dejar de ver, seguro y al segundo día de haberse mudado con Felipe va a visitarte. —murmura Karen.

—Tienes razón —susurro.

—Además, yo vivo en tu casa prácticamente y Daniel vive a un lado.

—Daniel es un caso perdido—digo —Nunca se casó y se la pasa con Jayson.

—Se parece mucho a ti, solo que te la pasas conmigo.

—Pero yo tuve mi primer amor, el único.

—Quizás violeta haya sido su primer amor y el último —dijo Karen.

Bueno en eso tenía razón.

—Y ya para de llorar, ni siquiera has visto a tu hija, en unos minutos más dirán que salgas de este pequeño cuarto y vayas al salón donde llevaras de los brazos a tu hija hasta donde esté esperando el novio y creeme que tus ojos se verán horribles. —se burla.

—¿Me veo horrible?. —casi quiero volver a llorar.

—Noo, es broma, pero si sigues llorando tu maquillaje quedará arruinado y debes verte increíble, ¿qué tal y el padre es lindo y se enamoran?.

Ahora si que dejé de llorar.—¡Karen, soy una mujer diabetica de 48 años!

—Nunca es tarde para
amar—bromea.

—Ya amo a una persona—digo segura—y juro que lo único bueno de tener 48 años es que ya no mesntruo.

Karen se ríe—vieja.

—Ambas lo estamos querida amiga.

Y era cierto, quizás muchos decían que 48 años no eran mucho pero para mí si lo era, había vivido de todo, momentos lindo y momentos tristes como cuando mi madre murió o cuando me detectaron diabetes, lo cual era horrible porque yo era amante de los postres excesivamente dulces.

—¿Por qué hablamos de lo viejas que estamos?. —Pregunta karen y logra hacerme reír.

La puerta de la habitación en donde estamos se habre dejándome ver a Daniel. —Tú, vieja chillona, tu hija te está esperando afuera, lista para entrar al salón—me avisa.

Mi corazón comienza a latir mas fuerte —Aquí voy —digo para mi misma.

Salgo de la habitación conteniendo mis nervios y con Karen y Daniel hablando detrás de mi.

—Mamaá—suelta mi hija al
verme —creí que no llegarías.

Luce tan linda en ese vestido de novia corte princesa, largo y amplio como los vestidos que de niña miraba en sus princesas favoritas y decía que quería uno, el escote en su pecho la hace ver aún mejor, el velo sujetado de una corona, todo en ella la hacía ver hermosa.

En tan solo un mes [Finalizada Sin Corregir] Where stories live. Discover now