🕧CAPÍTULO TREINTA Y UNO🕧

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Soy la primera en despertar, así que con mucho cuidado de no levantar al chico que está a mi lado me pongo de pie y salgo de la habitación.

Me doy una ducha rápida, y cepillo mis dientes.

Cuando salgo tengo la intención de hacer el desayuno pero es tarde, Margarita ya lo ha preparado, el holor del hotcake ha llegado antes de que yo entre a la cocina.

—Buenos días. —Me dice en cuanto se da cuenta de mi presencia —justo iba a llamarlos, el desayuno está listo.

—Gracias —le sonrió. –Peter aún sigue durmiendo —con la mención de Peter Margarita se tensa.

—¿Él está bien? —me pregunta.

—Si, él, está, mm, bueno, él—busco la manera de decirle que recuerda todo pero solo consigo decir palabras cortas y sin sentido.

—Lo que Isa quiere decir abuela es que estoy muy bien ahora que recuerdo todo —la voz de Peter me hace girar y verlo, recién levantado y con el pelo húmedo, seguro y se había dado un baño.

Margarita parece un poco asombrada —¿todo?.

—Sí, el accidente, mi muerte todo eso.

<<Casual>>

—Oh, mira cielo, quizás es algo extraño para ti todo esto per —Peter la interrumpe llegando hasta a ella y dándole un abrazo.

—Abuela lo entiendo perfectamente, y estoy agradecido, ahora me dió una oportunidad para ser sincero con Isa y de verla a usted nuevamente —dijo y cuando la apartó volvió a hablar
—aunque no puedo imaginar lo que usted es, quizás ¿una bruja?—bromea y su abuela le da un pequeño golpe.

—Primero coman y mientras les platico un poco de mi —nos ordenó a ambos y la verdad es que también tenía mucha curiosidad sobre ella.

Mientras dábamos pequeñas mordidas a nuestro desayuno Margarita nos contaba la historia detrás de ella, y por supuesto dijo que ella no era una bruja, nos contó que entre sus antepasados había una joven que practicaba la magia, magia blanca, pero a escondidas porque en aquellos tiempos no se permitía que las mujeres lo hicieran.

Una ocasión un grupo de brujos se alzó en contra de ella, la habían descubierto realizando magia, entonces se unieron para acabar con todas las mujeres del país, incluso a las inocentes que no tenían la noción de que la magia existiera, los brujos sólo querían que la magia la prácticaran los hombres.

La joven no retrocedió si no que se enfrentó a aquel grupo de brujos, para salvar a todas las mujeres, fue una batalla dura pero cuando estaba a punto de perder una voz en el cielo le dijo que ella era la elegida.

Fue un ángel, quien le dijo que la victoria de esa batalla sería suya y que su familia era la elegida para realizar magia y ayudar a los demás.

La joven ganó aquella batalla y desde entonces se les permitió a las mujeres hacer magia, y desde entonces cada mujer en la familia hereda un poco de magia.

—Así que eres una abuela mágica.
—Dice Peter —aunque no es justo que yo no tenga magia—se queja.

Sonrió —Por si no lo oíste la batalla inició porque los hombres querían el poder para ellos y el ángel eligió a una mujer para llevar magia por su sangre, y para tu mala suerte eres un hombre —me burlo ganandome una mirada seria de su parte.

—Así es, yo no tuve hijas —dijo Margarita —pero eso nunca me importó, tú padre lo era todo para mi, sin importar que quizás ya no habría más magia en su generación.

—¿lo era? —pregunta Peter.

—Si, cuando tu padre se dejó manipular tanto por esa mujer y ni si quiera me escuchaba me desepcionó mucho, pero luego llegastes tú y finalmente le dije que había hecho algo que me enorgulleciera, un nieto tan lindo como tú —dijo aunque su voz tomó un tono triste —claro que después me desepcionó más, pero seguía siendo mi hijo.

En tan solo un mes [Finalizada Sin Corregir] Where stories live. Discover now