En tan solo un mes [Finalizada Sin Corregir]

🕧CAPÍTULO CUATRO🕧

—¿Qué? —pregunté una vez más a Mila, una chica que me tope en el baño.

—Lo que oíste, al parecer tu primo se metió en una pelea obviamente el ganó porque el tipo quedó irreconocible, por eso lo llevaron directo a la dirección, siento que lo van a expulsar.

Le mentí diciendo que Peter era mi primo porque no me diría nada si se entera de que es el chico que me gusta, pero sigo sin creer que el haya golpeado a alguien.

—¿No hay una forma de saber que le dicen? —pregunto con inquietud.

—No, al menos que entres a la dirección, pero sin un permiso no te dejarán oír nada.

—Tienes razón, gracias Mila —le agradezco a la chica quien me sonríe y se pierde por los pasillos.

<<¿Así que la única forma de saber que sucede es entrar ee?>>.

Debo estar loca —murmuro en el momento en el que tomo una piedra y me comienzo a acercar a uno de los  salónes.

—Definitivamente esto va a salir
mal —me reprocho a mi misma y tomo un suspiro antes de pararme delante de todos y sin dudarlo más lanzó la piedra a una de las ventanas.

El ruido de los pequeños cristales cayendo en el suelo hacen eco por todo el salón atrayendo la atención de la profesora que se encontraba dando clases, al igual que la de los chicos quienes están sentados murmurando que estoy loca, para mi mala suerte Karen esta en el salón con cara de horror mirandome de pies a cabeza.

—¡Señorita!, ¿Qué acaba de
hacer? —pregunta la profesora demasiado molesta.

—Lo siento mucho —Digo presa del miedo. —Mi día no estaba yendo bien  y simplemente me vino el impulso de hacer eso, fue una forma de desquitarme —me escucho decir, me sorprendo de como estoy empezando a mentir.

—No puedo permitir esto, es demasiado, acompañeme a la dirección por favor —suelta la profesora y sin más comienzo a seguirla.

No quería ser tan impulsiva pero no puedo perder de vista a Peter por mucho tiempo.

Mientras camino veo que muchos me miran y se ríen, pero ni siquiera me importa.

La profesora se detiene un momento y pasa dejándome sola afuera.

Pego mi oído a la puerta para intentar oír algo, lo único que puedo escuchar es que la profesora le está contando al director lo que hice, la vergüenza me invade de solo imaginar que Peter esta ahí dentro oyendo todo.

La puerta se abre y casi caigo de boca pero por suerte aterrizo en el pecho de la profesora quien me dedica una mirada de reproche —Pasa, el director hablará contigo.

Tomo una larga respiración y tomo todas mis fuerzas para no comenzar a temblar delante del director.

En cuanto entro el ambiente parece escalofriante y en lo primero que me fijo es en el director quien está sentado delante de Peter, este último  me mira sin expresiones en sus ojos.

—Tome asiento por favor —me ordena el director señalando la silla a un lado de Peter.

Obedezco sin peros y me siento, miro de reojo un momento a Peter quien me mira  y descaradamente sonríe burlón, puedo ver una herida en la comisura de sus labios.

—Y bien, hoy parece que todo mundo quiere causar problemas —reprocha el director mientras niega con la cabeza y cuando se detiene me
mira —¿por qué lo hizo exactamente señorita—Hace una expresión esperando que le diga mi nombre.

—Isabell.

—Bien Isabell, ¿qué le llevó a tomar esa decisión precipitada? —indagó con las manos entrelazadas.