🕧CAPÍTULO VEINTICINCO🕧

955 220 83
                                    

Estoy tirada en el suelo, cubierta de sangre, mi sangre. Un hombre encima de mi me apreta el cuello, pienso que voy a morir por falta de aire, pero no sucede. Aquel hombre comienza a reírse y la fuerza con la que me tenía ahorcada disminuye.—Mira como tu novio muere por tu culpa —Exclama con voz hostil, y veo a donde dirige su mirada. Peter está siendo golpeado por otro sujeto.

No puedo hacer nada, pataleo pero no puedo hacer más. Grito pidiendo ayuda, pidiendo que paren de golpearlo.

Mi corazón se detiene justo cuando Peter está casi inconsciente y lo levantan del suelo. El sujeto que lo tiene del cabello saca una navaja y la acerca a su cuello mientras se ríe.Él y tú no pueden estar juntos —suelta al verme llorando.

Entonces acerca más la navaja al cuello de Peter y este último me mira con lágrimas en sus ojos.

Miralo morir una vez más Isabel.—Me dijo al oído el hombre que me tenía del cuello viendo todo.

—Nooooo —un grito desgarrador sale de mi garganta, dándome cuenta de que fue una pesadilla, una maldita pesadilla.

En estos últimos días dormía bien sin embargo las pesadillas han vuelto una vez más, y me siguen haciendo sentir culpable. Pero me recordó lo que vine a hacer. Voy a recuperar a Peter, tengo que salvarlo.

Sin pensarlo más salgo de la habitación rumbo a la de Peter, por el clima frío me doy cuenta que aún es de madrugada pero no me detengo ni siquiera cuando me fijo que estoy en una pequeña bata. Mi cabeza duele un poco aún y siento mi cuerpo tan débil que mis piernas tiemblan al caminar.

Al llegar pienso en tocar su puerta pero sí sigue durmiendo puedo espantarlo, así que decido entrar. Lo veo acostado y aún en la oscuridad puedo notar sus moretones y heridas. Vuelvo a recordar la pesadilla y siento una opresión en el pecho, mientras lo veo dormir él comienza a moverse mucho, murmura cosas mientras sigue inquieto. Decido poner mis manos sobre su frente, parece sentirlo porque abre los ojos. De inmediato me mira asombrado.—¿Isa?, ¿estás bien?, ¿por qué estas despierta?, ¿te duele algo?.—comienza a preguntar aún con la respiración acelerada por la pesadilla que estaba teniendo, y se levanta para quedar sobre sus piernas.

Solo oír su voz hace que no soporte más y lo abrazo, al instante puedo sentir ese calor que sólo me da él, sin poder evitarlo lo abrazo más fuerte, él me devuelve el abrazo y acaricia mi cabeza lentamente y con tanto cuidado, como si fuera algo demasiado valioso que no quisiera perder.

Estando aún en sus brazos
susurro.—Perdoname, no quería hacerlo, no quería que esto ocurriera, vuelves a estar herido por mi culpa, y no quiero que nada te pase nuevamente, no quiero pasar por lo mismo otra vez, ya perdí todo una vez, no quiero hacerlo nuevamente.—balbuceo tratando de no ir tan rápido pero es un fracaso. Cuando estoy preocupada suelo hablar rápido.

—Isa no me vas a perder, perdóname tú a mí, he sido un imbécil lastimando una y otra vez a la única chica que no a hecho otra cosa que hacerme sentir vivo. No estoy en esta condición por tu culpa, es mía, debí decirte las cosas desde un principio, y después de verte en el suelo llena de sangre pude entender que sí te pierdo no volveré a ser el mismo. No deseo perderte y por eso es el momento que te diga lo que hasta hace poco supe.

Me separa de sus brazos y me hace verlo directamente, la inseguridad de que mis ojos deben estar inchados por los golpes casi hace que baje mi mirada, pero no lo hago cuando veo que Peter suspira y en sus ojos no hay otra cosa que miedo. Sin embargo sonríe rápidamente demostrando un poco de esperanza y valentía. —Te amo Isabel.—Es lo único que dice y mi corazón al oírlo se acelera como loco. —Te amo como no tienes ideas, te amo tanto que el miedo de decir esa palabra se hace nada cuando te veo a los ojos, te amo tanto que me arrepiento de no habertelo dicho antes. Eres la única chica por la que daría todo, la única chica que ha logrado que rompa mis estúpidas e infantiles reglas y la única que lo merece. —Al decir lo último me atrae rápidamente hacia él, toma mi rostro en sus manos, y me sonríe antes de besarme. Un beso tan cálido que transmite todo lo que había dicho, amor.

En tan solo un mes [Finalizada Sin Corregir] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora