– Mierda – se dijo Joeman a sí mismo ya que hasta ese momento había contado con guardias dentro de la casa, no fuera – Muéstrame un agrandado de la salida de la bóveda.

Con una decena de policías y militares vigilando cada calle por la cual se podía llegar hasta la casa, Joeman dedujó que tenía que idear una alternativa distinta para ingresar a la mansión, no tenía que ser visto por ninguno de los policías.

– Señor, este es el máximo agrandado de la bóveda. La resolución de la imagen podría verse defectuosa si desea un mayor agrandado.

– Está bien así – aseguró Joeman examinando el camino de la salida de la bóveda.

Joeman se deslizó en su silla hasta el holograma, lo tomó en sus mano y lo puso sobre la cama para extenderlo aun más. Vio que la salida se encontraba a cinco kilómetros de la mansión, bajo el garaje de otra propiedad del señor Leid, la cual estaba abandonada pero igualmente contaba con vigilancia alrededor de la propiedad. La distancia era suficientemente larga para poder ingresar sin ser visto, el problema sería deshacerse de los policías.

– Entraremos por acá – dijo Joeman señalando la parte posterior de la segunda propiedad – No hay policías, ni militares, tal vez sea lo más seguro.

– Cuando lo hará, señor?

– Todavía no sé, primero tengo que vigilarlos para saber que pasa dentro de esa mansión – contestó Joeman acercándose a el resto de cajas que no había terminado de desempacar – Pero tengo que estar listo.

Durante el día modificó todas los artefactos y armas que había comprado, cambiaba piezas o trataba de mejoraras. El chaleco antibalas fue de los primeros en ser modificados, agregándole una placa balística de nivel IV reforzó la resistencia de este últimmo y al interior le insertó sensores de reconocimiento facial, al igual que un micro procesador que se conectaba de forma inalámbrica con sus lentes de sol y sus guantes. En un cinturón negro agregó armas micro-compactas, detonadores con nitroglicerina, gases lacrimógenos y otros gases mortales y en sus guantes escondió micro bombas y paralizadores eléctricos.

Utilizó diversos productos químicos para realizar una tela casi invisible pero bastante resistente, capaz de soportar el peso de una persona de 90 kilos, la cual le pondría al señor Leid cuando llegara el momento de capturarlo. Pensando en el viejo, Joeman fabricó un tapaboca metálico que reducía y bloqueaba las ondas sonoras en el espacio entre la boca y el metal, de tal forma que por más que la persona gritara con todas sus fuerzas, no se escucharía más que el silencio del nada.

Además, escuchando la melodía de "Una mattina" de Ludovico Eunaudi y teniendo en mente la muerte de su padre, de su hermano y del resto de su familia, se enfocó en crear una capa con fibra de vidrio y cobre capaz de formar un escudo electromagnético que reducía a la vez la reflexión del objeto como su sombra haciéndolo invisible al ojo humano. Introdujo más algoritmos a su holograma para actualizarlo y agregó un microprocesador que maximizó la propagación de las corrientes eléctricas dentro de la resistencia, de tal forma que el holograma podía ser aun más amplio.

Al llegar la hora de la cena, Joeman ya había terminado más de la mitad de su trabajo, solo le quedaba una cosa más por hacer y esta era idear cuando y cómo capturaría al viejo. Por lo demás, todo ya estaba listo, solo tenía que afinar más unos detalles de sus creaciones. Lo que antes era un cuarto común y corriente parecía más un laboratorio en el triangulo de las Bermudas que un lugar para descansar y dormir cómodamente.

Joeman se levantó de su silla con uno de sus guantes en la mano izquierda y se tiró en el pequeño espacio libre que quedó de la cama.

Miura ¿Qué horas son? – pregunta Joe sobando el puente de su nariz con su mano derecha.

Llueve el cielo en agosto ( Borrador)Where stories live. Discover now