Llueve el cielo en agosto ( Borrador)

Capítulo 10

- A donde vas? - preguntó Tony al ver que Joeman iba a salir del sótano.

- Voy a...solo voy a tomar algo de aire fresco – la manecilla de la puerta se había atascado, por suerte Joeman logró repararlo con un leve golpe, volteó a ver de reojo hacia atrás y vio que Tony estaba de pie unos pasos atrás de él.

- Querés que te prepare algo, un té? – preguntó Laura, poniéndose de pie igualmente.

- No, gracias...así estoy bien...solo voy a respirar un poco – contestó Joeman. Antes de salir se aseguró que Wolff aún continuaba dormido.

A pesar del tiempo no había logrado acostumbrarse a despertarse a media noche en medio de gritos o en el piso al lado de la cama. A veces salía a tomar aire para tratar de olvidar lo que soñaba, por lo general solía escuchar Talking to the moon para tranquilizarse y al volverse a la cama rezaba un Padre Nuestro invocando a Dios para ver si podía lograr cerrar los ojos al menos un minuto. Lo más que podía dormir en la noche eran dos horas raramente tres, ese ritmo de vida lo afectó en su vida como estudiante pero poco a poco logró reponerse tomando una siesta en la tarde.

Mientras observaba las estrellas sentado en la terraza, Tony y Laura se acercaron para hacerle compañía y vigilar que no enloqueciera y se hiciera daño. Al sentirlos cerca Joeman habló antes que ellos.

- Solo fue una pesadilla. Casi todos los días desde hace dos años tengo ese tipo de sueños.

- ¿Y que ves? – preguntó Laura sentándose a su lado

- Veo la muerte de mi padre, veo como lo torturaron y también veo mi impotencia, no pude hacer nada por él, me quede escondido...y sino es eso, es lo otro y eso es aún peor.

- ¿Y que es lo otro?

- No quiero hablar de eso...

- Joe, sé que esto probablemente ya te lo hayan dicho pero deberías de verlo como una señal, tal vez su muerte no fue en vano. Tal vez fue un sacrificio necesario y ...a veces es necesario hacer grandes sacrificios para pasar a algo mejor. Puede que ahora no le encontrés sentido a tanto sufrimiento y dolor, pero puede ser que más adelante comprendás el porqué de tu presente. De nuestra parte nosotros no te vamos a dejar de lado – le dijo Laura tomando su rostro entre sus manos, al levantar los ojos, Joeman se encontró con una mirada de compasión, de aquellas que reconfortan más que tantas palabras.

- Yo sé – afirmó Joeman alejando lentamente de su rostro las manos de Laura - Este sábado milagrosamente pude dormir bien, pero si soy sincero este tipo de pesadillas, por momentos me quitan las ganas de seguir viviendo – agregó.

- Creeme que te admiramos Joe, no es cualquiera que puede lidiar con ese tipo de cosas – no era muy común que Tony se atreviera a decir ese tipo de cosas.

Los tres se quedaron un tiempo más en silencio, después de unos minutos sus dos amigos de infancia regresaron al sótano, Joeman les pidió que lo dejaran solo un tiempo más.

El tiempo a veces no tenía sentido, las horas pasaban y quedaban atrás al igual que la vida, pero a veces ciertos momentos se hacían eternos y ni los segundos ni las horas eran capaces de encerrarlos en el pasado, solo en esos momentos existía el presente mientras que el futuro era solo una vaga ilusión de lo que sería el pasado.

Para Joeman la noción de vivir a veces no tenía sentido y por momentos temía no poder encontrar una razón para subsistir. La religión era una razón para seguir adelante, Dios lo impulsaba a seguir viviendo sin embargo dudas e incertidumbres se alojaban en su mente durante horas y aveces días. Esa noche fue una de esas en las que él se preguntaba cuánto más duraría su dolor, cuánto más tendría que soportar el peso de su cruz, y en el silencio Joeman trató de identificar una respuesta, pero no la encontró. Se dijo a si mismo que estaría de guardia todo el resto de la noche ya que pensó que no podría volver a dormir, le pareció que el sueño se había ido de vacaciones. Tomó su teléfono y colocó una de las canciones que más apreciaba, en el silencio de la noche tan solo quisó escuchar y sentir lo que solo una canción es capaz de transimitir :