23.- Kiwi

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Code: Lyoko y sus personajes son propiedad de MoonScoop y France3.

Personaje: Kiwi.

Kiwi

La rutina de su vida le gustaba, aunque a veces se aburría. Su vida en la casa que siempre olía a comida era genial, tenía mucho sitio para correr y otros tantos lugares en los que hacerse un ovillo para echarse una siesta. Pero ya no vivía en aquella casa, ahora vivía en otra mucho más pequeña y que olía a calcetines sudados y bolsa de deporte, no obstante, aquella nueva casa tenía un jardín enorme por el que correr. No se quejaba, era feliz con poca cosa.

Odd, su dueño, era un humano muy ocupado. Él y el otro chico, el que se enfadaba cuando se acurrucaba en su almohada, se levantaban temprano y salían para pasar casi el día entero fuera. Odd pasaba por allí de vez en cuando para meterlo dentro de la mochila y liberarle en el gigantesco jardín, Kiwi, disfrutaba de aquellos minutos sobre todo porque podía estar con él.

Aunque quería a su amo con cada célula de su cuerpo, existían otros dos humanos que le gustaban mucho y a los que deseaba saludar cada vez que los veía u olfateaba.

Uno era grande, olía a bolsa de deporte, pero con la ropa recién salida de aquella máquina que daba vueltas y traqueteaba ruidosamente. Era un olor suave y agradable. A aquel humano le gustaba correr detrás de él alzando la voz. Jugar con él era fantástico, divertido, mágico. Parecía no cansarse nunca y podían correr juntos durante horas. ¡Le encantaba aquel humano lleno de energía!

La otra era una chica que olía a cosas que le hacían estornudar. Siempre caminaba produciendo un sonido regular y rítmico, podía reconocer sus pasos con facilidad, no había nadie más que caminase así, no necesitaba ni olerla para saber quién era. Alguna vez había saltado sobre ella y ella después le había perseguido. Era divertida, no tanto como el hombre grande, pero le gustaba mucho. Una vez incluso se metió en la casa pequeña para hacerle una visita, aunque le encerró en el cajón y eso no le gustó mucho, pero seguía queriéndola.

Ojalá hubiera más humanos así de divertidos que quisieran jugar con él, ojalá aquellos dos humanos que le gustaban tanto como Odd vivieran en aquella casa pequeña con olor a calcetines y bolsa de deporte en vez del que se enfadaba siempre con él. Pero no se quejaba. Vivir allí era mejor que vivir sin Odd.

Una vez vivió sin Odd y no fue ni bueno ni divertido. Ya no quería separarse de Odd, le daba igual el tamaño o el olor de la casa, cualquier sitio era bueno si estaba con Odd.

Fin

Notas de la autora:
¡Hola! Ya había escrito una vez algo desde el punto de vista de Kiwi, pero no he podido resistirme a repetir. Supongo que se sobreentiende quiénes son los humanos sin nombre, pero por si acaso, el enfadado es Ulrich, el grande es Jim y ella es Sissi.
Espero que os haya gustado.


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