13.- Familia

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Code: Lyoko y sus personajes son propiedad de MoonScoop y France3.

Personaje: Aelita Schaeffer, Jérémie Belpois.

Familia

Los pasos de Jérémie iban por delante de ella, animados y a buen ritmo, ella no se sentía con ánimo.

Era su cumpleaños y, antes de recuperar casi del todo su memoria, había disfrutado de las celebraciones que le preparaban sus compañeros. No obstante, desde que recordaba lo ocurrido, celebrar su cumpleaños se le hacía doloroso y pesado.

No podía evitar pensar en su familia, en su madre que había sido secuestrada, que podría estar viva o muerta; en su padre que se había sacrificado por salvarla de X.A.N.A. Aelita Scaheffer no tenía a nadie más, no recordaba a ningún pariente, sólo a sus padres y a ella misma rodeados de soledad huyendo de un lado a otro, siempre huyendo.

Quiso preguntarle a Jérémie a dónde iban, pero no lo hizo. En realidad, le daba igual. La soledad la había engullido de un modo irremediable. Era consciente de que tenía muchos motivos para ser feliz, que tenía a sus amigos, que no estaba del todo sola. También de que lo que necesitaba era tiempo para hacerse a su propia situación, que había perdido a su familia dos veces y que era eso lo que pesaba tanto.

Tiempo.

Era curioso que, en momentos como aquel, deseara que avanzase a toda pastilla con la esperanza de sanar; otras, en cambio, que fluyera despacio para poder disfrutar de las cosas buenas que la hacían feliz. Pero no era dueña del tiempo, nadie lo era.

Jérémie se detuvo frente a la puerta de hierro de l'Hermitage, añeja y descolgada. Si era un nuevo método de tortura tenía que decir que era muy eficaz. Él le sonrió y empujó la puerta con cuidado alzando un chirrido que parecía provenir de alguna pesadilla añeja.

—Jérémie...

—Ven, todo va a ir bien —musitó teniéndole la mano.

Se la encajó, aunque lo único que deseaba era volver por donde habían venido.

Ignoró el jardín descuidado que en otro tiempo había estado repleto de flores y plantas bien cuidadas.

El interior estaba igual que la última vez que lo había pisado, lleno de polvo y con los papeles de su padre desperdigados por todos lados.

—Sé que estás triste y que te sientes solas —pronunció con timidez Jérémie, había necesitado un poco de ayuda para comprenderlo, pero lo había hecho—. También que no hay nada que podamos hacer para que eso cambie más allá de estar a tu lado.

»No sirve de nada que te lo diga, pero no estás sola. No es lo mismo, pero tienes a una nueva familia que te quiere, todos nosotros lo somos.

Aelita lo sabía y se sentía mal por seguir sintiéndose sola a pesar de ello. Agradecía las palabras de Jérémie, en las que podía ver un poco de Yumi, porque a Jérémie no se le daban bien los discursos ni las emociones complejas, así que era probable que le hubiese echado un cable con ello.

—Aelita. Sé que esta casa está llena de fantasmas que te hacen daño, pero algún día dejarán de hacerlo y, cuando llegue el momento, podrás contar plenamente con esta segunda familia.

—¿Por eso me has traído aquí?

—No, ha sido porque quiero ayudarte a recuperar cosas de... antes. Algo que te sirva para tener recuerdos más alegres.

Aelita pensó en el señor Puck, que a pesar de todo la reconfortaba, y no le pareció tan mala idea.

—Vale.

—¿Por dónde quieres empezar? —inquirió Jérémie poniendo los brazos en jarras.

Señaló la escalera que llevaba al sótano, allí se escondían algunos túneles, pero también un par de habitaciones secretas que era imposible hubieran saqueado.

Jérémie encendió la linterna que llevaba en el bolsillo y alumbró los peldaños que se perdían en la oscuridad. Inició el descenso, ella le siguió muy de cerca nerviosa. Allí abajo se ocultaban los pedazos de una vida en familia que ya nunca podría recuperar.

Fin

Notas de la autora:
¡Hola! No sé por qué últimamente sólo me salen drabbles deprimentes, a ver si logro remontarlo.
Espero que os haya gustado.


Lyoko LandWhere stories live. Discover now