"Vas a morir." Ella susurró.
Dumbledore se rió torpemente, palmeando a la niña de once años para tranquilizarla. "Tengo ciento cincuenta y uno, eso es un poco inevitable, me temo, querida".
La de primer año negó con la cabeza suavemente, un poco de...
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"¡Vamos, George!"
Fred sonrió y George lo fulminó con la mirada, "¿y por qué exactamente no podemos aparecernos allí?"
"¡Aire fresco y sol querido hermano!" Declaró.
Fred saltó adelante colina arriba, girando con los brazos abiertos mientras George subía con dificultad, jadeando y sin aliento. Quería saber exactamente cuándo Fred se había vuelto secretamente más en forma que él. Era un misterio que no podía resolver. Se sintió un poco traicionado, pero como solían decir a los que les hacían bromas. Todo vale en el amor y la guerra.
"Casi estamos." Bromeó Fred, que estaba casi a la vista de la casa del demonio que los Lovegood llamaban hogar.
"Casi" Gruñó George, limpiándose el sudor de la frente y rezando para no verse como jamón quemado cuando llegaran. Con suerte, podría convencer a Fred de que se escondiera un poco para que al menos pudiera recuperar la respiración antes de que Delphi lo viera.
"¡Fred! ¡George!"
"Mierda." siseó George, y Fred se rió cuando la voz feliz de Delphi los alcanzó.
Bajó la colina saltando hacia ellos radiante. Llevaba una camiseta con un gráfico muggle de gran tamaño metida en unos pantalones cortos azul marino en la cintura, con unas converse negras y su cabello ondeando al viento detrás de ella, con aretes de botella rebotando.
Sin embargo, parecía muy feliz de verlos y completamente imperturbable por la tez roja de George.
"¡Que bueno que vengáis caminando! Luna cree que aparecerse causa que el maro se pudra, y considerando lo chiflados que son algunos adultos, ¡me inclino a estar de acuerdo!" Delphi los alcanzó en solo unos momentos, su voz cantaba y sus ojos índigo brillaban.
George se enderezó y sonrió, "¡Fred quería aparecerse, pero le dije que caminar nos haría bien!"
Fred lo fulminó con la mirada y George le envió una sonrisa.
Delphi asintió con aprobación, "Muy sabio de tu parte, George. Dejadme mostraros la casa. No creo que hayáis estado antes. ¡Vamos!"
Dio media vuelta y corrió colina arriba, sin darles ni un momento más.
Ella hizo que pareciera fácil.
George no fue el único que maldijo en voz baja, mientras intentaban correr tras ella.
Pensó que Fred estaba físicamente en forma, pero cuando llegaron a la casa, su gemelo parecía tan propenso a desmayarse como él, y Delphi no había sudado.
Ella se rió de ellos. "No os preocupéis, si subís la mayoría de los días este verano, ¡estaréis corriendo para el final! Ahora, un poco de limonada. Mi papá no la bebe porque cree que usan sangre bowtruckle, pero investigué esa teoría y probé que estaba equivocada, así que tenemos algo en alguna parte..."
