"Vas a morir." Ella susurró.
Dumbledore se rió torpemente, palmeando a la niña de once años para tranquilizarla. "Tengo ciento cincuenta y uno, eso es un poco inevitable, me temo, querida".
La de primer año negó con la cabeza suavemente, un poco de...
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Delphi se instaló en su asiento preferido en encantos con un suspiro.
De alguna manera, parecía que este año era mucho más intenso que el anterior, y no podía ser solo por el torneo de los Tres Magos.
Ella le devolvió la suave sonrisa a Flitwick, mientras el resto de su clase, una mezcla de Ravenclaws y Slytherins, se acomodaba. Ravenclaw se llevaba bien con todas las casas, pero ella sabía que la combinación de aquellos sedientos de conocimiento y aquellos sedientos de poder a menudo a través del conocimiento, hacía que las Serpientes y las Águilas fueran particularmente felices juntas.
Para profesores como Snape, que despreciaba la enseñanza, la mezcla era agotadora, la competitividad afable y las preguntas incesantes que le obligaban a tomar al menos tres cafés solos antes. Pero para maestros como Flitwick, que vivieron para inspirar mentes jóvenes y brillantes... ella sabía que era un sueño para él.
Esta clase fue su introducción al desafío del casting no verbal.
"Señor, ¿el tipo de hechizo influye en la dificultad?"
"Si hay un elemento psicológico, ¿eso significa que podrías enseñarle a una bruja sin conocimiento, el encantamiento de levitación con un encantamiento completamente falso?"
"¿Hay un límite para la dificultad de los hechizos que puedes lanzar de forma no verbal?"
"¿El tipo de hechizo tiene un impacto difícil en lo no verbal?"
"¿La dificultad se correlaciona en absoluto con los tipos de magia accidental que los niños pueden realizar?"
Fue maravilloso, y podía sentir a Flitwick disfrutando mientras alimentaba a las jóvenes mentes ambiciosas dentro de su salón de clases. Había nacido para estar donde estaba, y era maravilloso verlo, sentir la pasión y el orgullo que brotaban del papel de duende en oleadas.
Levantó la mano una vez que las preguntas terminaron, y todos se giraron con cautela para esperar su pregunta inevitablemente alucinante.
"Profesor."
Incluso Flitwick se estremeció levemente cuando notó que levantó la mano. Snape no era el único al que había provocado que se automedicara con whisky de fuego. "¿Sí, señorita Lovegood?"
Delphi tarareó: "Tengo dos preguntas, en primer lugar, si de niños podemos lanzar hechizos de forma no verbal, y los niños más desesperados o poderosos pueden incluso desear que suceda... ¿No son los encantamientos solo una construcción que colocamos en la magia para sentir una ilusión de control sobre él? Un accesorio del que técnicamente podríamos prescindir. ¿Al igual que las varitas?"
El salón de clases estaba totalmente en silencio.
Flitwick soltó una risita, "Si esa es la pregunta uno, temo la pregunta dos. Pero para responder, está muy poco investigado, los niños magos son raros y violaría sus derechos restringir su acceso a la información y una varita para promover su educación una vez que llegan a los once años. ¿Siguiente?"
Delphi tarareó, "Si los magos necesitan varitas y conjuros para ejercer la magia, ¿podría argumentarse que somos mágicamente inferiores a los elfos domésticos, duendes y otras razas mágicas que no necesitan ese apoyo?"
Tal como había esperado, la clase estalló.
El debate y las discusiones se volvieron feroces, pero como el buen maestro que era, Flitwick vio el potencial para el crecimiento personal y un golpe a los prejuicios y casualmente se desvaneció en el fondo. Los gritos provinieron en gran parte de los sangre pura inclinados más oscuros presentes, junto con los Ravenclaw criados como muggles y más confiados en el otro lado del debate.
Lo que era importante para Delphi era la cantidad de sangre pura que permanecía en silencio, escudriñándola a ella, sus varitas o el espacio vacío mientras se ponía a prueba su creencia fundamental y tomaban el examen con una tranquila curiosidad y gracia que el niño Malfoy nunca aprendería.
Eventualmente, cuando no se hicieron nuevos puntos, y antes de que se eligiera la violencia como alternativa al acuerdo, Flitwick habló.
"Una pregunta perspicaz como siempre, Delphi, diez puntos para Ravenclaw. Y veinte puntos para Slytherin y Ravenclaw por una maravillosa discusión mantenida con una calma razonable".
La sala se quedó en silencio expectante y el profesor de Encantamientos tomó un respiro para calmarse. "Como parte goblin, estoy bastante bien calificado para confirmar que los goblins, los elfos domésticos, los vampiros, los elfos silvanos y muchos otros son capaces de realizar hazañas mágicas bastante impresionantes sin varitas y, a menudo, sin encantamientos".
Levantó una mano cuando Marcus Flint pareció sonrojarse más y más.
"Sin embargo, la magia es magia, y cada una de esas razas tiene sus propias limitaciones, al igual que los magos. Los magos tienen la gama más amplia de magia que pueden realizar y, como tales, podrían clasificarse como generalistas donde la mayoría de las razas son especialistas. No es así una opinión popular sostenida, pero es mi creencia personal que ninguna raza mágica es inferior a otra. Eso sí, la mayoría de los magos me considerarían parcial".
Tenías que conocer bien a Flitwick para captar el toque de ironía totalmente intencionado en la última línea. Afortunadamente, los Slytherins más entusiastas lo tomaron como una broma, y la clase terminó con todos pensativos pero tranquilos, como toda buena lección de encantamientos.
Delphi estaba recogiendo sus notas cuando el profesor habló.
"Señorita Lovegood, ¿podemos hablar?"
Su voz no tenía ningún indicio de ira y su sexto sentido no se encendió, por lo que guardó sus libros y esperó mientras los rezagados reacios a ir a herbología finalmente salían de la habitación.
Afortunadamente, también evitó a Flint una vez más. No parecía saber qué hacer con su encuentro con ella, y Delphi estaba decidida a posponer la aclaración tanto como fuera posible.
"Excelentes preguntas como siempre Delphi." Flitwick dijo cálidamente una vez que estuvieron solos.
Ella sonrió a su cabeza de familia, "y respuestas esbeltas como siempre, profesor".
Él asintió, acomodándose en su escritorio y mirándola contemplativamente. "Te pedí que te quedaras porque estoy un poco preocupado. Sé que tu soledad es voluntaria y eres feliz tal como eres, pero... pareces estresada últimamente, y me preguntaba, como jefe de tu casa, si podría ayudarte con algo."
Delphi parpadeó y luego sonrió, "Los años se vuelven más puntiagudos a medida que avanzamos, profesor, pero a partir de ahora no hay nada que pueda hacer más que sus continuos y amables esfuerzos para cuidar de mi hermana".
Él tarareó, con ojos agudos, pero finalmente asintió, "Está bien, pero sabes que puedes venir a mí".
Delphi asiente apretando su boleto al paraíso contra su pecho. "¡Sí, señor!"
