"Vas a morir." Ella susurró.
Dumbledore se rió torpemente, palmeando a la niña de once años para tranquilizarla. "Tengo ciento cincuenta y uno, eso es un poco inevitable, me temo, querida".
La de primer año negó con la cabeza suavemente, un poco de...
Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
Los gemelos observaron a Delphi alejarse en un silencio decepcionado, antes de girarse para dirigirse hacia la torre de Gryffindor.
"¿Alguna idea?" preguntó Fred.
George tarareó, desabrochándose la corbata. "Mencionó que deberíamos estar contentos de tener una madre... Fue bastante estúpido de nuestra parte hablar a mamá, vio morir a la suya. Pero aún así, se asustó después de eso. Estoy confundido."
"Ella no me devolvió mi chaqueta, apuesto a que dormirá usándola". Fred trató de bromear con su hermano, pero todavía estaban demasiado decepcionados con el final de la noche.
"Amortentia". George le dijo a la señora gorda.
La contraseña los había hecho reír al principio de la semana, pero ahora le dejaba un sabor amargo en la boca. Delphi se había relajado al principio... había pensado que tenían una conexión especial. Se había sentido tan fácil y bueno, y él estaba tan confundido de por qué ella se había congelado.
Entraron en la sala común, que todavía estaba relativamente llena, pero no estaban de humor para bromear y burlarse, ignoraron las burlas de Angelina y Katie y las preguntas de Lee, y se dirigieron directamente a los dormitorios y poco después a la cama. Dormir, sin embargo, les tomaría un tiempo a ambos.
****
Delphi se despertó con frío, se había quedado dormida llorando sobre sus sábanas, aferrándose a la chaqueta de Fred.
Ella no quería enfrentar el día. Cualquier día de la historia.
Sin embargo, a regañadientes, se levantó, descubriendo con alivio que se había levantado temprano y que las otras chicas aún estaban fuera.
Su cabello era un desastre de horquillas y trenzas medio deshechas, pero finalmente se lo peinó antes de recogerlo en un moño. Ella no se sentía libre, así que ¿por qué debería hacerlo su cabello?
Se cambió a un suéter gris y jeans negros, tiró de un conjunto de túnicas abiertas antes de volver a la cama, solo para mirar la chaqueta de Fred.
Ella no quería devolverlo.
Mantenerlo sería injusto y extraño.
Devolverlo significaría hablar con Fred.
Mantenerlo sería injusto y extraño.
Recogió su bolso y, después de deletrear apresuradamente las arrugas, colocó la chaqueta dentro.
Se fue antes de que cualquiera de sus compañeros de cuarto hiciera ruido.
La sala común estaba lo suficientemente tranquila como para que las miradas curiosas no fueran demasiado inesperadas, pero cuando llegó al gran salón, tuvo que aceptar que ella era el tema número uno de los chismes. Y por las miradas, no en el buen sentido.
