Capitulo 30

9.3K 830 86
                                    

Amelie

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Amelie

Me apoyo en la ventana, mi vista se dirige al jardín, he regresado a la alcoba con la intención de no salir de allí, no al menos hasta que esa mujer este lo suficiente lejos de mí. No podré estar tranquila en el palacio mientras ella continúe viviendo con nosotros.

Escucho la puerta cerrarse a mis espaldas y la figura de Kyrios acercarse a mí.

—Amelie, ¿qué sucede? Has huido de allí como un conejo asustado—sus manos me rodean el cuerpo pero lo alejo.

—Esa mujer aún sigue aquí, no se ha ido... —le replico.

—La he castigado, Amelie, Melibea ha recibido su castigo...

—¿Castigo? ¿Después de lo que hizo? Creí que la exiliarías, o decidirías algo peor para ella para que estuviera lejos de nosotros.

—Escucha, no he podido hacer más nada —suspira—. Aunque quisiera no he podido hacerlo, hay un papiro que la protege.

—¿Qué?

—Mi padre dejo escrito en un antiguo papel que después de su muerte ella permanecería en el palacio, no puedo enviar a ejecutarla, no puedo enviarla lejos, solo puedo hacer que ella reciba castigos por sus acciones, si llego a ir en contra de ese papel, no solo me costará el trono, también sería acusado de alta traición, me exiliarían y me asesinarían por ir en contra de lo establecido.

Doy vueltas de un lado a otro, me paso las manos desesperada por la cabeza. No puedo ni siquiera mantenerme en calma con lo que acabo de escuchar.

—No la quiero cerca de mi bebé. ¡No la quiero cerca de mí de nuevo!

Kyrios se acerca hasta mí, me toma del rostro y me limpia las lágrimas con las yemas de sus dedos.

—Nadie pisará esta habitación, lo prometo —me rodea con sus brazos para proporcionarme un fuerte abrazo—. Lamento mucho lo que has tenido que escuchar allí, esos hombres...

—Mi palabra como mujer no tiene ninguna validez ante un mundo gobernado por hombres, aun si soy la reina nadie escuchará nada de lo que salga de mis labios.

—Tu palabra tiene validez para el hombre más importante de estas tierras, tu rey, tu palabra para mi es más importante que la de cien hombres en la corte.

—No quiero hacer de ti un hombre débil Kyrios.

Él me deposita un beso en la frente y enlaza sus manos a la mías.

—Solo tengo una debilidad —aleja un mechón de mi cabello—. Y sabes muy bien quien eres.

Le devuelvo una caricia suave en su rostro, sé que Kyrios se ha esforzado porque todos allí logren aceptar lo nuestro, el asunto de su matrimonio secreto ahora será el tema principal de todo el reino, le lloverán críticas por su decisión y pondrán en duda más de una vez el origen de nuestro hijo.

Melodías para el ReyWhere stories live. Discover now