Capitulo 18

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Kyrios

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Kyrios

Siento los besos de la mujer por todo mi rostro, sus manos rodearme la espalda. Se mueve encima mío sin detenerse y susurra una y otra vez lo mismo.

- Mi rey...

Aunque mi cuerpo este allí, mi mente esta en otra parte.

- Quítate –le respondo y ella se detiene.

- Majestad...

- Dije que te quites.

Me levanto la arrojo a un lado y ella se cubre su desnudez con la primera sabana que encuentra. Me mira sin entender lo que ha sucedido.

- Vete ya –le señalo la puerta, ella toma sus ropas en sus manos y se reverencia para irse de allí.

Cierra a la puerta, me tumbo a la cama, mantengo mi vista fija en el techo. No puedo creer que este desperdiciando mi tiempo de nuevo en cosas banales como fornicar con la primera mujer que aparezca enfrente de mí.

Intento dormirme, pero no puedo. Camino de un lado a otro y mi cabeza no deja de darle vueltas al mismo tema. Amelie aceptando la propuesta de Benjamín Williams, sus palabras tan sinceras fueron como una espada para mi corazón.

Parecía muy convencida de aceptarlo como su esposo.

Y yo aún me niego a aceptar el hecho de que lo ha preferido a él.

- Su majestad –escucho el golpeteo en la puerta.

Me levanto me cubro con mis ropas y me encamino a la puerta, es tarde ya pero mi cabeza no puede dejar de pensar.

- Lenister.

- ¿Me ha llamado?

- Sí, creo que deberíamos usar el tiempo para terminar algunas cosas pendientes con el reino, sobre todo las embarcaciones.

- Si su majestad –contesta él y ambos nos encaminamos al salón de reuniones.

- Envía a que traigan vino.

- Como ordene su majestad.

Lenister les da la ordene a los criados quienes obedecen.

- ¿Qué noticias nuevas me traes?

- El rey Ezra ha mencionado que hay grandes posibilidades de encontrar esmeraldas en Agamme, parece que la idea de la mina ha sido buena.

- Sé que encontraremos esmeraldas. Prepara un próximo viaje, partiremos a Agamme personalmente.

- ¿Está seguro de eso majestad?

- Créeme cuando te digo que las encontraremos –lo sujeto de los hombros-. No me equivoco.

Melodías para el ReyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora