Amelie
Observo como Kyrios se marcha furioso del jardín. Sé que lo que he dicho lo ha enfurecido y lo ha herido pero no puedo permitirle que su futuro a mi lado se arruine.
Esta es la única forma de convencerlo que nuestras vidas deben tomar un rumbo diferente.
Permanezco en el jardín por un par de minutos más y después de aquello regreso a la alcoba, los guardias fijan su vista en la mía como si todos en el palacio supieran lo que ocurre. Creo que todos allí lo saben, empezando por su consejero real.
- Señorita Granger, espere un momento–escucho la voz de Lenister a mis espaldas antes de que cruce la habitación.
- ¿Si?
- Voy a ser directo –arruga el ceño-. Mantenga sus límites con su majestad.
Finjo que no se a lo que se refiere.
- No entiendo a lo que se esté refiriendo –le contesto.
- Sabe perfectamente de lo que hablo, su compañía al lado del rey no es bien vista por la corte, no necesito recordarle que no está a la altura de ser una reina.
- Mi compañía al lado del rey ha sido pedida por él mismo, y cuando su majestad da una orden los demás la cumplen así es como funciona todo Lenister.
- Es una mujer bastante astuta, mucho para ser una simple campesina con talento.
- No se preocupe, le he dejado claro a su majestad que lo que desea de mí no podrá tenerlo, y no lo he hecho por la corte, menos por usted, lo he hecho porque Kyrios se ha preocupado por enmendar los errores del rey Lizandro, permitirle una distracción en estos momento seria llevar a Gratea al fracaso.
- Lo mejor es que tome sus cosas y regrese por donde ha sido traída –refuta tomándome del brazo.
Me suelto de un solo manotazo.
- ¿Por qué tan asustado? ¿Tiene miedo de una mujer? ¿Tiene miedo de que pueda cambiar los pensamientos de su majestad?
- No me asusta una mujer. Se necesita mucho más que una cara bonita para convencer a la corte.
- Y yo creo que se necesita más que un título de consejero para ser escuchado por su majestad y que él cumpla lo que le pide.
- Esa osadía con la que habla...
- Su majestad es sabio, un hombre que conoce muy bien lo correcto en su vida, no necesita de un hombre inferior a él para que le diga como gobernar, menos a quien escoger como esposa.
Me giro dándole la espalda y cerrando la puerta a mis espaldas.
Paciencia Amelie, sé paciente. Me repito aquello tratando de ordenar mis propios pensamientos. Necesito regresar a mi antigua vida, necesito retomar todo en el mismo punto en que la había dejado.
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Melodías para el Rey
Teen FictionEl rey Kyrios de Gratea es conocido en todo el reino no solo por su fuerte temperamento también por su forma cruel de gobernar, todos le temen y nadie se atreve a ir en contra de sus leyes, pues quien lo haga lo pagará muy caro. Amelie, es la hija...