Melodías para el Rey

Capitulo 10

Kyrios

Me alejo del balcón cuando he visto que Williams se ha marchado del jardín.

¿Qué se cree al presentarse de esta forma en mi palacio? ¿Cuál es su verdadero motivo al visitar a Amelie? y a mí en últimas instancias, ¿qué demonios me interesa?

- ¿Kyrios? – pregunta el rey Ezra apareciendo de la nada en medio del salón en el que solemos reunirnos.

- Siéntate – le señalo la silla.

- Lamento la tardanza, Aurelie no se sentía bien, está algo sensible con el tema de los hijos.

- Entiendo. Debe haber sido muy difícil para ella lo del bebé.

Ezra me había comentado algo al respecto, era mi único verdadero amigo allí, y la persona quizás más cercana en la que confiar. Ahora estaba pasando algo realmente muy fuerte con su esposa y podía notar su ausencia en las reuniones que llevábamos para cerrar un trato con su mina.

- ¿Tú como estas? -interrumpe mis pensamientos.

- Estoy bien –respondo sin perder de vista el jardín.

- Que tanto miras, ¿eh? –se asoma.

Me ha descubierto.

- ¿Esa no es tu pianista?

- Si. Volvamos a nuestros asuntos.

- ¿Porque la miras como un loco desde el balcón?

- Solo vigilaba que no se escapara.

- ¿De quién? ¿de ti? –se burla.

- No es gracioso.

Ezra regresa y ambos nos sentamos en nuestras respetivas sillas. Soy el primero en hablar.

- Dime Ezra, ¿cómo sabias que era amor lo que sentías por Aurelie?

Él me mira perplejo. Como si de mi boca hubiese salido una barrabasada.

- ¿El gran Kyrios preguntándome el cómo me enamoré de mi mujer? No es algo que se vea todos los días, ¿acaso tienes interés en alguien? ¿La reina Lydia?

- Parece que todos ven a la indicada para ser mi reina como Lydia.

- Es hermosa.

- Basta más que ser hermosa para que sea mi esposa.

- Ya veo, si no es Lydia, es tu pianista.

- Por supuesto que no. ¿Qué te hace pensar que pondría mis ojos en ella?

- Entre más lo niegues más compruebo que es cierto.

- Fue una estupidez preguntar –bufo.

- No es algo que se sepa, solo lo sientes –dice finalmente-. Aurelie es todo para mí, realmente no podría imaginarme siendo feliz en otro sitio que no se a su lado.

- Has tenido suerte de encontrarla.

- Se honesto Kyrios, nunca tocas el tema de enamorarte, para ti todo se resume a la política, y las únicas mujeres que te he visto cerca son tus criadas o a las cortesanas que te entretienen por las noches, no me vas a negar que esa chica ha logrado algo en ti más que mantenerte contento con sus melodías.

No podía protestar nada contra eso, Ezra me conocía, al igual que Clarice, eran las dos únicas personas sobre el mundo que sabrían cuando mentía y cuando no. Y ahora no es que me estuviera esforzando mucho por hacerlo.