El rey Kyrios de Gratea es conocido en todo el reino no solo por su fuerte temperamento también por su forma cruel de gobernar, todos le temen y nadie se atreve a ir en contra de sus leyes, pues quien lo haga lo pagará muy caro.
Amelie, es la hija...
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And I don't care if I sing off key
I find myself in my melodies
I sing for love, I sing for me
I shout it out like a bird set free
Bird Set Free – Sia
Amelie
Kyrios sonríe cuando he terminado de contarle la historia. Nunca creí que le gustaría este tipo de cuentos, para ser honesta no creí que fueran de los hombres que se dediquen a leer cuentos o escucharlos.
- Dime, ¿te ha gustado como ha quedado el jardín? –pregunta.
- Ha quedado muy bonito –contesto.
No sé qué ha buscado con incluir ahora crisantemos en su colección personal de flores pero el resultado es bastante bonito.
- He pensado en hacer un segundo jardín, ¿crees que podrías ayudarme en ello?
- ¿Yo? ¿Ayudarlo en jardinería? –me suelto a reír-. Creí que me tenía aquí como su pianista y consejera.
- Has demostrado que eres buena también para las flores –toma una de mis manos en la suyas-. ¿Crees que podrías ayudarme?
Trago en seco al contacto de sus manos en las mías y me suelto.
- Haré mi mejor intento su majestad.
Kyrios me dedica una sonrisa por mi repentina acción.
- De acuerdo, confiaré en ti Amelie Granger –esboza una sonrisa-. Y si algún día deseo escuchar una historia antes de irme a dormir, sabré a quien recurrir –me guiña un ojo.
Me quedo pasmada ante lo que ha dicho. ¿Recurrir a mí para contarle historias antes de ir a la cama? ¿En que estabas pensando Amelie cuando soltaste tu lengua para decir aquel cuento?
- Claro su majestad.
- Veo que olvidas el trato de llamarme Kyrios –susurra.
- Es que no puedo –fijo mí vista detrás de él.
Sus guardias han llegado a buscarlo, y llamarlo por su nombre solo me dejaría ver como una insolente delante de ellos. Y lo que menos deseo ahora es que mi nombre este en boca de todos los que le sirven en el palacio.
- Creo que tengo asuntos pendientes –frunce el ceño cuando el consejero real llega a su lado.
- Su majestad –interviene el hombre con una reverencia-. He traído un mensaje de una duquesa que desea conocerlo, ¿le gustaría hablar el tema conmigo en el salón?
Kyrios suspira.
- De acuerdo Lenister.
Se despide de mí y luego se encamina por el jardín con el hombre de regreso al palacio, y hago tomo mismo pero esta vez tomo el camino que conduce a la puerta trasera de la cocina. Atravieso la puerta y encuentro a una Clarice arreglándoselas como un pulpo para servir los platos en la mesa.
