O13: dark shadow ❞

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eleanor
BERKSHKA

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En cuanto cruza las puertas del castillo de Hogwarts— Eleanor se esconde entre los pasillos gélidos del lugar —, subiendo las primeras escaleras aguardando no ser vista por nadie mientras empuja su cuerpo contra la pared de piedra al tiempo que desliza una mano por sus labios y sus ojos se cierran con fuerza.

Lo odiaba.

Odiaba la forma en la que la había tocado.

Odiaba la manera en que la había mirado.

Y por sobre todo, odiaba cómo la había hecho sentir...

Sentir más cosas de las que ella estaba acostumbrada. Sensaciones que creyó nunca experimentar y emociones que revolvieron su estómago de una manera tan agradable como despreciable al igual.

Hace mucho tiempo que su corazón no latía de forma tan acelerada, y nunca había sido por efecto de un hombre.

Quizo desgarrar de un solo puño el órgano en su pecho porque no soportaba que siguiera latiendo de manera tan desesperada cada vez que recordaba el momento.

O a él...

Aún podía sentir un hormigueo vivo en su pierna, serpenteando hasta llegar a su muslo donde su daga aguardaba. Pensó en las barreras que él podría haber traspasado. Lo fácil que habría sido que colara su manos un poco más alto bajo la tela de su vestido. Lo fácil que ella se habría rendido...

El desprecio siempre se convierte en una palabra más fuerte cuando de odio se trata.

No. No podía dejarse ante él. No sin primero tomar lo que le pertenece.

—¿Eleanor, estás bien?

Su mirada se elevó de golpe al oír la voz de Pansy Parkinson justo a frente a ella. El ceño de la azabache del hallaba fruncido mientras la miraba con preocupación.

Eleanor asintió rápidamente, deslizando las palmas de sus manos por la tela de su vestido para arreglar las arrugas poco visibles— Si, yo solo-

—¿Necesitas un vaso de agua? —volvió a hablar la mujer, tomándola de la mano para ayudarla a caminar escalera abajo— Estás algo acalorada, tus mejillas están rojas.

Se zafó del agarre de la azabache, dando un paso atrás para alejarse de ella— Estoy bien Parkinson, no te preocupes. Debo ir a mi posición.

Los ojos de la mujer pareciendo lucir tristes, ¿pero que sabía ella? Quizá solo era una máscara como la que todos llevaban finamente acomodada sobre sus rostros. Nunca está claro quiénes son los que se muestran con marcas y cicatrices ante los demás.

—Está bien —habló Pansy, asintiendo levemente y volviendo su gesto a uno neutro, como siempre—. Debo cuidar de Hermione Granger esta noche. Theodore y los Mortífagos acaban de llegar y dentro de poco la trasladan, ¿cuál es tu misión de hoy?

Eleanor comenzó a bajar las escaleras junto a ella— Que ninguno de nosotros muera, supongo.

—Una tarea bastante complicada —murmuró la pelinegra, dándole un leve toque con el codo—. ¿Estás nerviosa?

Frunció el ceño— ¿Me has visto estarlo alguna vez?

—En absoluto.

En cuanto llegaron a la inmensidad del primer salón, los ojos de Eleanor se vieron envueltos en cada rincón del lugar.

Lámparas de cristal flotaban en los altos techos, empañados por un cielo hechizado para imitar la oscuridad de la noche. Copas de cristal y bandejas de plata se movían en la estancia, siendo tomadas por mujeres de mejillas robustas y cuellos enjoyados, junto hombres regordetes con corbatas ajustadas. Era la viva imagen de que el dinero y los lujos parecían ser una capa más de piel adherida a ellos.

BROKEN SOULS, 𝙙𝙧𝙖𝙘𝙤 𝙢𝙖𝙡𝙛𝙤𝙮Where stories live. Discover now