𝐁𝐒 | Voldemort ha muerto... pero no sin antes
dejar su gran legado en manos del que sería
el nuevo gobernante del mundo mágico.
Draco Lucius Malfoy.
─ Cada gota de sangre que he derramado,
ha sido por ti, y no me arrepiento... mataría
a cada p...
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CHAPTER SEVEN 𝓔leanor 𝓑erkshka
⠀ El cuchillo atravesó la habitación, resonando con fuerza en la piedra mientras rebotaba contra el suelo en un sonoro chasquido.
Los ojos de Eleanor eran oscuridad pura, y la sangre seca que manchaba su piel era un recuerdo de que no siempre podría ser intocable. De que al más mínimo de los movimientos mal maniobrados, ella podría caer.
No era lo que debía suceder... jamás.
Apoyando sus manos contra la cuenca de mármol frente a ella; bajó su rostro, admirando el reflejo de su persona a través del agua visiblemente sucia y contaminada de su propia miseria.
¿Cómo se había permitido tener la guardia baja?
Si... había sido solo un corte en su pómulo. Una hoja de hierro deslizándose por su piel a manos de un maldito impuro. Pero eso era lo mínimo en aquel momento. Su mayor desliz ahora había sido dejar que Draco Malfoy la salvara.
Para ser un hombre que hace tan solo días le había deseado la muerte, su necesidad de mantener el control había traspasado las barreras de su propia vida. Alejándola del peligro. Prohibiéndole acercarse a la mirada de la muerte.
¿Por qué? ¿Por qué actuaba de esa manera? Tan cambiante... tan incapaz de seguir sus propias palabras.
Ella trataba de entenderlo. Realmente trataba. Pero era demasiado difícil cuando se trataba de él. Por muy extraño que pareciera.
Entonces, dejaría de pensarlo.
La furia y el dolor luchan ahora en su pecho pero no debido al hombre que araña sus entrañas, si no por ella misma. Por su estupidez y desfachatez ante la posición que tuvo hoy. La debilidad que escapó en sus manos al no poder defenderse.
No quería que la miraran como una mujer incapaz de luchar. Al contrario, ella podría matar al primer hombre que se le cruzara en frente, solo necesitaba el impulso necesario para hacerlo.
Cerró sus ojos, dando un respiro largo y calmado mientras instaba a la puntada en su cabeza a cesar.
En cuanto se sintió tranquila, deslizó sus manos en el agua, llevándolas a su rostro para quitar las manchas de sangre que teñían su piel.
Se prometió a sí misma no volver a dejar que alguien derramara una sola gota de su sangre sin que ella realmente lo mereciera.
Secando sus manos sobre la tela de sus pantalones, Eleanor se acercó hasta su escritorio, apoyando las manos en los costados del gran mapa que cubría la mesa para comenzar a planear.
Debía concentrarse... nada podía salir mal.
Hogwarts era un lugar— que se suponía —, conocía como la palma de su mano. Según los comentarios de los demás, había estado allí durante ocho años y para ser exactos, se había vuelto Mortífaga cursando su séptimo año allí.
