Dedos goteando (TRADUCCION)

capítulo 31

Tom sale de Hogwarts con Dumbledore temprano en la mañana sintiéndose vacío porque se embarca en un viaje para destruir partes del alma que debería haber guardado dentro de él. Se va con una foto doblada de un sauce muerto arrancado del diario para recordar a Harry y los sacrificios hechos para traer a Tom al mundo de Arriba.

Tom está dejando atrás su sueño adolescente de inmortalidad. Aunque la promesa de la muerte lo persigue todas las noches y tiene la intención de al menos considerar, si no seguir, otros caminos hacia la vida eterna, dejar Hogwarts esta mañana temprano con Dumbledore es una última despedida del adolescente que era antes del diario. En otra vida, es posible que nunca hubiera salido del diario. En otra vida, habría escupido a Dumbledore y nunca llegaría a sentir remordimiento por Myrtle y le habría quitado la vida a Ginny. En otra vida, habría reprendido a Dumbledore por pedirle que lo ayudara a cazar Horrocruxes. En esta vida, Dumbledore se acercó a él y admitió que parte de la razón por la que quería que Tom se convirtiera en su aprendiz es que, "De todas las personas en el mundo, estoy seguro de que podrás encontrarlas. Si meditas, ¿puedes sentir dónde residen los fragmentos del alma?

Tom había cerrado los ojos y trató de imaginar cómo se había sentido en el diario cuando podía sentir que el alma fantasma se desgarraba y los hilos de los puntos de anclaje quedaban atrás. Como un mapa de oro saliendo de su corazón, había logrado ubicar todos los puntos. Algunos brillaban más intensamente que otros: el de Harry era un destello brillante, más cálido que el resto.

Entonces pensó en mentir, pero entendió su deber en esta guerra. Entonces, en cambio, asintió y dijo: "Puedo sentirlos. Hay uno en Grimmauld y otro en Gringott's. otros tres".

Dumbledore lo mira entonces, realmente lo mira, y en esa mirada Tom ve aceptación. Puede ser fabricado y ciertamente está calculado, pero cuando Dumbledore dice: "Gracias, Tom. Entiendo que esto es un sacrificio", hace que Tom se sienta mejor.

La verdad tácita y repugnante es que ambos saben que será necesario abordar el problema del Horrocrux de Harry. El peso de ese hecho tácito cae sobre ambos. Pero el día en que Tom lucha contra Dumbledore para mantener a Harry respirando mientras el hombre toma decisiones insensibles a favor del bien común no es hoy. Hoy salen juntos de Hogwarts.

Van primero a Grimmauld. Sirius saluda a Tom con los brazos abiertos y Tom se relaja en la bodega. Kreacher mira desde su lugar en la esquina más alejada.

El abrazo de Sirius ayuda a Tom a sentirse centrado contra el terror inminente de destruirse a sí mismo. Sirius huele a alas de duendecillo y whisky de fuego y humo y es tan familiar que duele. Tom aprovechó la muerte de la diadema para salvar la vida de Harry. Con Dumbledore a su lado, Tom sabe que esa magia oscura se escapa de su alcance. Tampoco tiene suficiente sangre de Harry para seguir con el ritual. Destruir un Horrocrux ahora que Tom sintió remordimiento por Myrtle y comprende muy profundamente lo horrible que es existir como una pieza del alma que se siente similar al asesinato. Se siente reprensible e incorrecto. Si tuvieran la oportunidad, ¿no podrían los otros Horrocruxes volverse como Tom?

Pero el lado pragmático de él insinúa que también podrían convertirse en cáscaras asesinas y sin sentido, empeñadas en matar a su amada. Y por eso mantiene la frente en alto y la conciencia tranquila. Cierra los ojos y se concentra en el Horrocrux dentro de la casa. Está en el ático, el ático de Kreacher. Un collar - de Slytherin. Oscuro, más malicioso que la diadema.

Tom abre los ojos. Él dice: "Hemos venido a destruir el relicario".

Al otro lado de la habitación, Kreacher da una sonrisa torcida y afligida. "Por fin", inclina la cabeza, "Gracias, Maestro Black ".

***

La última vez que Tom tocó un Horrocrux, todavía era uno, piensa. Había un parentesco que había sentido incluso cuando ató el fragmento de alma al servicio de Harry. El relicario centellea burlonamente en el agarre de Tom y él no siente familiaridad, solo repugnancia.