06 | olivia conoce a los niños

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Aunque no era su hogar, la casa de John no era terrible. Por supuesto, Olivia se sintió encerrada, atrapada entre casas y rodeada de ladrillos y adoquines en lugar de pasto y campos.

Se despertó la mañana después de su boda en la cama junto a John, que aún dormía profundamente. Cuando ella se dio la vuelta para tratar de despertarlo, él gimió, levantó una mano y apartó su rostro.

Ella rió—. John, levántate. Ya son las nueve.

—Mierda —gimió John—. ¿Dónde están los niños?

—Mis padres los están cuidando —le recordó Olivia—. Primera noche con los abuelos.

—Buena suerte para ellos —respondió John, dándose la vuelta y abriendo los ojos—. Eres más bonita de lo que recuerdo.

—Y tú eres lindo cuando estás dormido —dijo Olivia—. Pero en serio, deberíamos levantarnos.

—¿Por qué? —se quejó John—. No es como si tuviéramos trabajos.

—Tú trabajas en la tienda de tu familia —dijo Olivia—. Y no quiero ser la razón por la que llegas tarde. Eso no causará una muy buena primera impresión.

John gimió de nuevo—. ¿Por qué las mujeres siempre tienen la maldita razón?

Olivia sonrió—. Es un talento.

—Cinco minutos más —respondió John—. Y tú te unirás a mí.

Sus brazos se envolvieron alrededor de la cintura de Olivia y tiró de ella hacia abajo para que sus narices casi se tocaran. Ella le sonrió a John mientras sus ojos escaneaban su rostro—. ¿Ves algo que te gusta?

—Sólo mi esposa —respondió John—. Mi muy linda esposa.

—Ada tenía razón —rió Olivia—. Eres el más dulce.

—El más dulce que ni siquiera tuvo sexo en su noche de bodas —murmuró John—. No puedo ser tan genial, ¿verdad?

Olivia puso los ojos en blanco ante sus palabras. La noche anterior, cuando los dos tropezaron hasta la cama, Olivia apartó las manos juguetonas de John. Todavía no estaba lista para llegar tan lejos en la relación, y por una buena razón. Solo conoció a John el día anterior y, a pesar de lo encantador que era, no estaba lista.

—¿Eso es en lo que todos los hombres piensan? —preguntó Olivia—. ¿Sexo?

—Básicamente —respondió John.

Olivia suspiró—. Asqueroso. Y yo que pensé que en realidad podríamos tener algunas cosas en común.

—Tenemos cosas en común —dijo John—. Como el hecho de que ambos estamos casados.

—El uno al otro —agregó Olivia—. Eso no cuenta.

—Ah, pero veo anillos en nuestros dedos —dijo John—. Así que esa es una similitud.

Olivia puso los ojos en blanco—. Tenemos que levantarnos.

John finalmente se sentó y se estiró—. ¿Qué vas a hacer todo el día?

—Buscar trabajo —dijo Olivia encogiéndose de hombros—. Si voy a quedarme aquí, al menos quiero hacer algo todos los días.

—Ven a trabajar para nosotros —sugirió John, tirando las sábanas y poniéndose de pie—. Puedo hablar con Tommy. ¿Qué tan buena eres con los números?

—Bastante buena, ¿por qué? —preguntó Olivia.

—Puedes trabajar en la tienda conmigo —ofreció John—. De esa manera, podemos conocernos y puedes aprender sobre nuestro negocio.

WILD EYES | John ShelbyWhere stories live. Discover now