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SeHun enredó los dedos en su pelo y echó su cabeza hacia atrás. Él gimió y el sonido produjo una intensa reacción en todos los nervios de su cuerpo.

Después levantó la cabeza y JunMyeon aprovechó para recuperar el aliento e intentar entender qué estaba pasando.

—No me arrepiento de nada JunMyeon. —le dijo SeHun acariciándole la nuca.

—SeHun esto no...

SeHun lo besó de nuevo, con más fuerza aún y con más urgencia. Se separó de nuevo.

—Te deseo JunMyeon. Y sí, tenías razón, hace mucho que no me siento así, desde que mi esposo murió. La otra noche intenté convencerme de que lo correcto era dejarte solo, pero hoy no me siento tan generoso. Así que, si tienes que irte, hazlo ahora. —le dijo acariciando sus labios—, porque si no... 

«Me tengo que ir. No, no puedo», se debatió JunMyeon más confuso que nunca.

—Lo mejor es que me vaya. —dijo al fin JunMyeon.

—Estoy de acuerdo. —afirmo SeHun con la respiración agitada.

—Pero no quiero irme. —confesó JunMyeon.

SeHun se acercó más y le levantó la barbilla. Pensó que lo besaría con la misma pasión de antes, pero no lo hizo. Le rozó los labios con delicadeza, explorando. Tenía el corazón a mil por hora. Le besó las comisuras de los labios, la mandíbula y la barbilla. JunMyeon giró la cabeza, necesitaba su boca.

—SeHun... —gimió JunMyeon.

SeHun le besó en el lóbulo y JunMyeon se estremeció. SeHun le colocó la mano en la espalda y lo empujó hacia él. JunMyeon no pudo evitar gemir, pensaba que las piernas no iban a seguir sosteniéndolo por mucho tiempo. SeHun lo besó de nuevo en la boca y lo levantó del suelo, agarrándolo por la cintura y después por el trasero. JunMyeon se preguntó cómo SeHun podría hacerlo sin apenas esfuerzo y lo rodeó con sus piernas.

Seguían allí, en el vestíbulo y lo único que se oía era la fricción de sus vaqueros y sus respiraciones entrecortadas.

Después SeHun lo llevó hasta la mesa de la entrada, tiró todas las llaves y cartas que había en ella con un solo movimiento y lo dejó allí. Se separó de JunMyeon sólo el tiempo suficiente como para quitarle el jersey. Después lo besó al tiempo que acariciaba sus pezones.

JunMyeon intentó quitarle el jersey a SeHun, quería sentir su piel contra la de él, pero no pudo hacerlo y SeHun lo hizo él mismo y JunMyeon le besó en el hombro. Sus pechos se pegaron al ritmo de sus fricciones.

JunMyeon deslizo las manos hasta los pantalones de SeHun, intentando desabrocharlos y descubrió que él hacía lo mismo con los suyos.

—¡Deprisa! —le dijo JunMyeon.

Pero SeHun se maldijo y dejó de tocarlo. JunMyeon se quedó helado pensando lo peor.

—No, otra vez no. No me puedes hacer esto otra vez, separarte así de mí. —reprocho JunMyeon.

SeHun lo sujetó por las muñecas para que no lo tocara.

—¡Maldita sea! ¿En qué estaba pensando? —se cuestionó SeHun ignorando el comentario de JunMyeon.

—Prefiero que no pienses. Sólo quiero que estés, que estés conmigo. —declaro JunMyeon tirando por la borda su orgullo.

—Quiero hacerlo, pero es que... Yo... No estoy preparado. —le dijo SeHun con impaciencia—. No tengo preservativos. —añadió con franqueza.

JunMyeon se quedó mirándolo y palideció. Luego dudó un segundo y se lo pensó mejor. SeHun le sujetaba las manos, pero no las piernas. Lo rodeó con fuerza y atrajo hacia sí.

Un amor atrapado en el invierno-SEHOWhere stories live. Discover now