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 El abrigo le dificultaba el paso y lo dejó caer. El jersey también le molestaba y, como pudo, se lo quitó, quedándose sólo con la camiseta interior. Eso le dio el espacio que necesitaba para pasar por el estrecho hueco, aunque acabó con unos cuantos moretones y arañazos.

Cuando ya creía que había pasado lo peor, más tierra cayó sobre su cabeza, cegándolo. El desprendimiento hizo que volviera atrás algunos centímetros y la tierra se comenzó a acumular a su alrededor, enterrándolo vivo.

Preso del pánico, esperó como pudo hasta que empezaron a caer menos escombros.

—¡SeHun! —gritó con lo poco que le quedaba de voz.

—Lo tengo —respondió SeHun apenas audible entre el ruido de la tierra cayendo—. ¡Se ha roto la última tabla y la tierra está cayendo dentro! JunMyeon se movió intentando zafarse de la roca. Pero estaba enganchado por una de las cintas de su arnés o quizás el pantalón, no estaba seguro.

—¡Estoy atrapado! —grito nuevamente JunMyeon.

Oyó a SeHun maldiciendo.

—¡Voy a tirar de usted! —informo SeHun.

JunMyeon sintió cómo se tensaba la cuerda y tiraba de él, pero la tierra también lo sujetaba con fuerza. Estaba muerto de miedo. Era como si fueran a partirlo en dos.

—¡Espere! —chillo JunMyeon cuando ya el dolor se hizo insoportable.

La cuerda se aflojó. El agujero de entrada era ahora más grande, pero todo a su alrededor se estaba llenando de tierra. SeHun lo miraba desde allá arriba. La sirena estaba ya muy cerca.

Le parecía que habían pasado horas desde que izara al niño hasta la superficie.

—¡Mantenga a lucas lejos del agujero! —aconsejo JunMyeon con la poca fuerza y aliento que le quedaba.

—Sí, está sentado en la moto. —informo SeHun con seriedad.

JunMyeon podía mover un poco los pies y buscó dónde apoyarlos, pero no encontró nada. Los dedos se le estaban entumeciendo por la presión, que también comprimía su pecho asfixiándolo. Logró encontrar la hebilla del arnés.

—¿Qué está haciendo ahí abajo? —cuestiono SeHun enojado por no saber que pasaba.

—¡Una fiesta! —gruño JunMyeon con rabia—. ¿A usted qué le parece? Intento quitarme el arnés.

—¿Qué puedo hacer? —susurro SeHun apenado por su comentario desatinado.

—Deme una pala porque a este ritmo la tierra me va a sepultar. —demando JunMyeon.

—Bueno, al menos le queda sentido del humor. —dijo SeHun tratando de aligerar el ambiente.

JunMyeon ignoro el comentario de SeHun y lucho por unos minutos hasta que al fin pudo abrir la hebilla y sintió alivio al instante. Sostuvo con fuerza la cuerda mientras se movía para liberarse de la tierra, intentando avanzar. Poco a poco logró hacerlo y pasar al lado de la roca que le obstruía el paso. Le quedó libre la otra mano y pudo agarrar la cuerda.

—Muy bien, ¡tire ahora! —ordeno JunMyeon a SeHun.

SeHun lo oyó a pesar de la sirena y tiró de la cuerda con todas sus fuerzas. Lo hacía con cuidado, temiendo que, si se movía un poco, más tierra podría caer encima de JunMyeon.

Por fin salió su cabeza y se inclinó para agarrar sus hombros y sacarlo de allí. En ese mismo instante llegó la ambulancia, detrás de una máquina quitanieves. Dos vehículos de la policía cerraban la comitiva.

Un amor atrapado en el invierno-SEHOWhere stories live. Discover now