fate en el tiempo

Capítulo 72: Destino en el tiempo Arco 2: Parte 28

El orgullo de la Casa Barthomeloi descansaba sobre los hombros de Emily y ella no mancillaría su nombre. No le importaba si tenía que endurecer su determinación o pasar por encima de las ambiciones de los demás. Ella tendría éxito.

El repiqueteo de sus tacones sobre el piso alisado era el único ruido que resonaba en el largo pasillo por el que caminaba dentro de la Asociación de Magos. Grandes ventanales se alineaban a ambos lados de los pasillos y permitían que los rayos iridiscentes de la luz de la luna guiaran el camino a seguir. No había decoración lujosa o lujos que pertenecieran a las casas de los nobles más influyentes de la tierra. En cambio, lo que amueblaba los salones eran conjuntos elaborados de fórmulas mágicas y antiguos logros enumerados por los progenitores de las líneas más prominentes de Magos.

Pronto, su nombre se colocaría entre los muchos individuos influyentes de la Asociación como heredera de los Sangre Azul. Ese era su objetivo no solo para demostrar su capacidad, sino para obtener la propiedad de la familia. Su palabra sería ley y nadie se atrevería a oponérsele.

El pensamiento hizo que una parte de ella se estremeciera, la fachada sin emociones que había practicado durante años se deslizó visiblemente antes de recuperar el control de sí misma.

Hierro y sangre. La regla de la familia.

Un líder debe ser despiadado cuando sea necesario y prudente cuando llegue la oportunidad. Sobre todo, un heredero de una casa de prestigiosa familia de magos debe contribuir a la progresión de los misterios de la familia.

No había lugar para la dulzura.

Los compañeros magos no eran todos amigos, muchos eran lobos. Por eso no se le podía permitir que apareciera como un cordero o una oveja.

Estaba sola mientras caminaba por el pasillo, por lo que nadie había notado el desliz en su expresión. Había dejado atrás a su tía Latricia porque a partir de ese momento era su batalla. Frunciendo los labios, tomó aire antes de enderezar la espalda y retomar la disposición de un mago desapasionado.

Para aquellos que la habían conocido antes, su apariencia actual estaba a leguas de distancia de lo que solía ser. No le gustaba menospreciar a los demás o burlarse de los problemas de los demás, pero se había visto obligada a cambiar en sus muchos años de entrenamiento con la Casa Barthomeloi como magus.

La niña inocente de su juventud, su verdadera personalidad, quedó enterrada dentro de ella, solo para resurgir en compañía de aquellos en quienes confiaba. Después de todo, la confianza dentro de la familia de herederos enemistados, y la mayoría de los magos en general, solo conduciría a un camino de ruina. Ella había aprendido ese hecho desde el principio.

Parte de la razón por la que se esforzaba tanto por convertirse en la cabeza de familia era porque no podía soportar la indiferencia y la arrogancia dentro de la Casa Barthomeloi. Incluso ahora, muchas de sus tías, tíos y primos despreciaban a su madre como una traidora que se había fugado con un hombre grosero y de baja cuna.

Sus manos se cerraron en puños, mostrando el blanco de sus nudillos.

Papá no es un campesino inútil y mamá no es una puta traidora cuya única cualidad redentora era mantener la línea familiar.

Su mandíbula se apretó notablemente bajo la luz de la luna, rastros de ira brillando en lo profundo de sus ojos de color ámbar.

Los recuerdos de una infancia pobre pero feliz llegaron al frente de su mente. Su padre, grande, bullicioso y amable, la sostenía alegremente entre sus brazos y hacía muecas para entretenerla mientras su madre miraba con una sonrisa cariñosa. Solo habían sido ellos tres. Su padre era muy trabajador y, a su vez, su madre siempre había estado allí para saludar a su padre cada vez que regresaba a casa.