「 10: Irritɑnte 」

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Aclaración: [Modern AU]

Número de palabras: 2959

Narrado en: Primera persona

Advertencia: Ninguna.

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Irritante:

—¿Llevas todo?

—Sí, tía

—¿En serio? ¿Lapiceros, borradores y todos los cuadernos?

—Sí, tía, deja de preocuparte, llevo todo en la mochila.

—¡Bueno, es que me importa tu primer día!

Salía yo de la casa de mi hermana mayor, con mi pequeña sobrina de la mano. La llevaba a la que sería su nueva escuela primaria; puesto que así sería de ahora en adelante. Mi hermana trabaja muy duro para poder pagar la colegiatura de esa escuela, y he decidido ayudarle con algunas cosas. Ella tiene turnos muy exigentes en el trabajo, y lo menos que puedo hacer, —después de que ella me recibiera con las puertas de su hogar abiertas—, es ayudarle en lo máximo posible; eso incluía hacerme cargo de su pequeña y realizar las tareas del hogar en su ausencia.

—Estoy nerviosa, tía, siento que me voy a hacer pipí. —Reí por lo que ha dicho mi sobrina, pareciéndome tierna su actitud.

—Tranquila, nunca pasa nada el primer día de clases, más bien debes cuidarte las semanas siguientes, que es cuando todos agarran confianza y empiezan a hacer de las suyas —al instante me recriminé por haber dicho aquello, viendo como la menor que sujetaba mi mano unas cuadras atrás, la abandonaba para dar media vuelta y regresar con pasos firmes hacia la casa. O eso pretendía. —¡No, no, no, ¿a dónde crees que vas?! Fue una broma, de verdad no pasará nada, te aseguro que esta escuela te gustará.

—¿Me lo prometes?

—Por toda mi colección de hojas.

—¿Las que tiraste la semana pasada?

—¡Mira, ya veo tu escuela!

Ciertamente, ya podía visualizar la pequeña edificación y, a su vez, a varios padres y madres de familia que llevaban a sus hijos a esa misma escuela primaria.

Un charco dejado por las lluvias continuas obstaculizaba nuestro andar, pero nos fue muy fácil rodearlo.

Miro a mi pequeña sobrina y me encuentro con que el miedo se ha disipado completamente de su ser, ahora parecía invadirla una pizca de curiosidad, veía con sus grandes ojos a los niños que serán sus compañeros de ahora en adelante.

Mientras más nos acercábamos, los nervios que antes acechaban a la pequeña sujetada aún a mi mano, tomaban posesión de mí. No quería dejarla, ya sentía lo vacía que estaría la casa sin su presencia, aunque sólo duraría unas horas. Aún así no pude hacerme a la idea, demorando más de lo necesario en acomodar su uniforme, su cabello y revisando que todo estuviera en orden.

—Ya, tía ______, estoy bien —la oí quejarse por mi tardanza. —¡Ya quiero entrar!

—¡Bueno, pero no me presiones, pequeño bicho! —esclarezco; Bicho es el apodo por el que suelo llamarle, le gusta, o eso me indica su pequeña sonrisa cada que me oye decirle así. —Por favor, pórtate bien y no le des lata a tus maestros.

𝗢𝗻𝗲 𝗦𝗵𝗼𝘁𝘀 || 𝐋𝐞𝐯𝐢 𝐀𝐜𝐤𝐞𝐫𝐦𝐚𝐧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora