「 03: Amıgo de lα ınfαncıα 」

3.6K 158 44
                                    

Aclaración: [Snk world]

Número de palabras: 3416

Narrado en: Tercera persona

Advertencia: Ninguna.

___________________________________________

Amigo de la infancia:

Ahí, con el atardecer a sus espaldas, y el comandante de la legión en el proscenio hablando sobre lo que representa portar las alas de la libertad en el uniforme, ______ habría de recordar aquella remota época en la que el día se le iba en las visitas que le hacía a su amigo de la infancia. El único, de hecho. El "niño misterioso" a quien nunca conoció en realidad...

[...]


En uno de los muchos callejones de la ciudad subterránea, con un vestidito que había visto tiempos mejores, se encontraba una pequeña que a penas rebasaba los siete años. Estaba sola y no tan sola, pues su muñeca de trapo le hacía compañía, pero al no poder mantener una conversación con ella se sentía como si lo estuviera.

Había salido —o mejor dicho, la habían sacado— de su hogar. Pues sus padres eran conscientes de que a esa edad estaba expuesta a mucho peligro si se estaba en la cantina donde trabajaban. A esa edad, pues, los niños suelen ser muy curiosos y representaba un peligro que en una de esas, ______ se vea envuelta en algún problema de briagos.

«No te alejes, por favor ____. Sé buena niña y espera aquí afuera. No será mucho tiempo ¿puedes hacerlo?». Le habían dicho, dejándola en la parte trasera de su local/casa.
La pequeña asintió.

Y hela allí, curioseando entre los bajos barrios de la ciudad.

En su cabecilla se había formulado la excusa perfecta para el dado caso en que no regrese a tiempo a su casa cuando sus padres la busquen donde la dejaron. Porque por su puesto que pretendía regresar. Si hasta iba dejando pequeños mechones del cabello de su muñeca vieja para no perder el camino.
Había pasado por varios sitios, la panadería donde su madre solía comprar, el puesto de frutas "de temporada" que atendía un viejo barbón, vamos, incluso había marcado su recorrido por alrededor de las escaleras que daban al exterior. Y, aunque fueran lugares que le eran comunes frecuentar, el echo de hacerlo sin tener que sostener la mano de un adulto le daba una diferente perspectiva de todo eso.

Sin embargo, su recorrido acabaría al llegar a un gran edificio. Constaba solamente de dos pisos, pero vistos desde la perspectiva de un niño era grande. Sí. Llegó a un gran edificio.

Pero que tiene de especial el "gran" edificio, dirás.

Pues, a parte de su "inmensidad", lo que atrajo su atención, en realidad, fue ver cómo un hombre gordo jaloneaba a una mujer de larga cabellera negra, hacia un cuarto mientras le gritaba «¡Mueve el culo, Olimpia, si el ministro no ha sido tan malo contigo!» Y la encerró ahí.

Pero lo que más llamó su atención aún, fue ver cómo en otro cuarto (continuo a donde habían encerrado a la mujer), la puerta se cerró bruscamente. Motivada por la curiosidad se acercó. Las puertas no se cerraban solas así porque sí, "alguien" tenía que hacerlo y buscando a ese "alguien" con quien platicar, tocó tres veces contra la madera vieja de la puerta.

Nadie le contestó.

E intentó de nuevo.

Lo mismo. Sin respuesta.

𝗢𝗻𝗲 𝗦𝗵𝗼𝘁𝘀 || 𝐋𝐞𝐯𝐢 𝐀𝐜𝐤𝐞𝐫𝐦𝐚𝐧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora